El nada edificante ejemplo de los padres

La Policía debe intervenir en una tangana propiciada por los espectadores de un partido de juveniles entre el Nuevo Recreo y el Onzonilla

L.N.C.
04/05/2024
 Actualizado a 07/05/2024
El amplio dispositivo policial restableció la calma en el final del encuentro.
El amplio dispositivo policial restableció la calma en el final del encuentro.

No resulta nada edificante, cuando el debate del respeto en los campos está en auge, que el final de un partido entre dos equipos juveniles requiera la presencia de la Policía Nacional para mantener el orden. 

Ocurrió nuevamente este sábado en un partido de la Segunda División Provincial de juveniles entre el Nuevo Recreo Industrial y el Onzonilla, que finalizó con empate a tres goles y el árbitro había sacado un buen número de tarjetas. La ‘temperatura’ fue subiendo y la tensión entre los aficionados, padres y familiares en su gran mayoría, hasta el punto de que el delegado arbitral presente en el campo decidió solicitar la presencia policial, preocupado fundamentalmente por los insultos y hasta amenazas que había recibido el árbitro, pero también por la tensión que se vivía, con cruces de palabras subidas de tono. 

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Hasta ocho efectivos de la Policía Nacional se desplazaron al complejo deportivo y se pudo restablecer la calma sin que la gravedad de los hechos fuera a mayores.

Lo curioso, más bien destacable, es que entre los juveniles que estaban en el campo el ambiente no era el mismo, se conocen, y se convertían en espectadores de un ejemplo nada edificante.

El resultado final fue de empate a tres. Iban por delante en el marcador los visitantes y empataron los del Nuevo Recreo; ahí subió la tensión, sin que merezca ningún análisis la actuación arbitral pues no se pueden buscar disculpas a comportamientos que se deben erradicar, sin más. 

 

Malestar en el Onzonilla con la redacción del acta

A raíz de estos incidentes el CF Onzonilla ha querido ofrecer su versión de estos hechos, reseñando que no fueron “los padres del Onzonilla” los causantes de los mismos –algo que no se decía en la información, por otra parte- y sí mostrar además su malestar con la redacción posterior del acta en la que el árbitro, Diego Camacho, recoge en el relato de los incidentes que recibió “amenazas de muerte” del delegado del Onzonilla, José Manuel Collado quien asegura que “miente, jamás le amenacé de muerte. No niego, no quiero esconderme, que le falté al respeto con una expresión impropia pero que nada tiene de amenaza. De hecho, para evitar males mayores me fui del campo y cuando llegó la Policía yo no estaba allí”.

Aunque en la noticia se decía que “un posible mal arbitraje no puede justificar hechos así”, desde el Onzonilla sí quieren resaltar que el arbitraje “es de los que se soportan mal. Ganábamos 3-0, nos empataron a tres en pocos minutos, penalti incluido y, sobre todo, con una actitud sospechosa. Cuatro tarjetas rojas, incluida la del entrenador, y siete amarillas al Onzonilla y por solo dos amarillas al Recreo no se acercan ni de lejos a lo que fue el partido”; explica Collado quien añade que “lo único que me mueve a revelarme no es mi posible sanción, que la acataré y punto, sino ver el ánimo tocado de los jugadores, muy tocado, se lo aseguro”. 

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