Los Reyes Magos se adelantan y abren una goleada inevitable

Víctor regaló el primer tanto a los salmantinos y Bandera mandó a las nubes un penalti que pudo ser el 1-1 y fue una losa definitiva

Jorge Alonso Macía
05/01/2015
 Actualizado a 07/09/2019
Ramiro celebra su gol ante la decepción de la zaga maragata | CHEMA DÍEZ / TRIBUNA DE SALAMANCA
Ramiro celebra su gol ante la decepción de la zaga maragata | CHEMA DÍEZ / TRIBUNA DE SALAMANCA
En Guijuelo no se esperaba que aparecieran los Reyes Magos hasta la noche de hoy, pero por lo visto ayer en el Municipal de la localidad salmantina los primeros regalos ya cayeron para el equipo y la afición chacinera.

Estaba claro que el Astorga tenía por delante un partido más que complicado. Visitar al segundo de la clasificación, a pesar de contar con numerosas bajas, nunca es nada sencillo, pero menos aún tras una semana de vacaciones y con una plantilla en cuadro como la maragata. Buena muestra de ello es que, a pesar de saber que no iba a poder jugar al no estar recuperado al 100% de su lesión, el central Antonio se vio obligado a entrar en la convocatoria al no contar Tornadijo con más jugadores.

Si no era ya suficiente con encontrarse con un rival que en su estadio juega posiblemente el mejor fútbol de la categoría, tras unos minutos de tanteo inicial en los que el Guijuelo empezaba a querer el balón, el Astorga volvió a caer en uno de esos errores defensivos que le han costado puntos en varios partidos. Víctor se vistió de paje real y tras intentar sacar el balón jugado perdió el balón ante la presión de Raúl Ruiz, que le le pegó a puerta encontrando la respuesta de Javi, que ya nada pudo hacer cuando el rechace le llegó a Nierga y marcó el primero a placer.

No tuvo el Astorga opción de hacer mucho más y es que el Guijuelo movió el partido a su antojo generando continuo peligro Sin merecerlo y sin casi haberse dado cuenta, los maragatos ya se habían encontrado con la primera piedra en la mochila, y sacar algo positivo del encuentro parecía demasiado pronto casi una quimera. Le echó coraje sin embargo el Astorga, que no bajó los brazos y a través de las internadas de Diego por banda generó peligro intermitente entre jugada y jugada del Guijuelo. Tal fue la situación que el fútbol le dio la oportunidad a los maragatos de empezar de cero tras señalar el árbitro penalti sobre el propio Diego tras una carga de Gonzalo. Pero hay días en los que no hay espacio para las noticias positivas y David Bandera, que había dado claras muestras de efectividad desde los 11 metros durante toda la temporada, le pegó al balón de la peor de las maneras para mandarla alta por encima de la portería del francés Epassy.

Ese fue el golpe definitivo para los maragatos, que todavía en la primera parte veían como eran incapaces de lograr algo positivo aún con todo de cara. Ahí fue cuando el Guijuelo demostró que no solo saben jugar teniendo el balón sino también a la contra, y cuando el partido estaba a punto de ganar el descanso asestaron la última puñalada al partido con más de 45 minutos por jugarse. Un contraataque de libro de los chacineros dejaba solo a Ramiro dentro del área maragata para marcar el 2-0 y cerrar el partido antes del paso por unos vestuarios de los que los maragatos hubieran deseado no salir.

Ni tres minutos habían pasado del segundo acto cuando el Guijuelo sumó el tercero a su marcador. Garban, uno de los mejores ayer por los locales, disparó seco y raso a la portería de Javi, que no pudo evitar que el balón se colara pegado al palo. Los salmantinos eran dueños y señores del partido ante un Astorga que vagaba por el campo deseando que el árbitro pitase el final.

El resto fue una agonía, los chacineros se encontraron casi por inercia con el cuarto a través de un Raúl Ruiz que estuvo tremendamente incisivo y aprovechó un balón largo por su banda para quedarse solo ante el maragato y batirle con serenidad.

Tornadijo miraba al banquillo y todo lo que encontraba no podía cambiar de ninguna manera las posibilidades que el Astorga podía tener de marcar al menos el del honor. Uno tras otro dio entrada a los tres jugadores del banquillo que podían jugar, mientras que Fernando Estévez aprovechó para hacer debutar al juvenil Farres y que Chuchi, tras seis semanas fuera, volviese a disputar unos minutos ante una grada que le tiene como héroe.

No hubo mucho más, solo la necesidad de hacer borrón y cuenta nueva. El del Guijuelo no era un campo en el que los maragatos tuviesen la obligación de sumar, pero los equipos de la zona baja aprietan y dar alguna pequeña sorpresa a los grandes sumaría unos puntos imprescindibles para la salvación. Lo necesita el Astorga y es que en las próximas jornadas deberá viajar a Valladolid, recibir al Logroñés y jugar en Ferrol, papeletas más que difíciles para tratar de evitar la zona de descenso, que a pesar de la derrota continúa evadiendo una jornada más. 
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