El final más cruel de los posibles

El Abanca Ademar se queda a un gol de lograr la remontada tras un inmenso partido en que puso contra las cuerdas al Kolding y tuvo posesión para pasar de ronda en un polémico final

Jorge Alonso
26/11/2016
 Actualizado a 08/09/2019
La tristeza se apoderó de los leoneses al término del partido. | JAVIER QUINTANA
La tristeza se apoderó de los leoneses al término del partido. | JAVIER QUINTANA
Las lágrimas de MarioLópez sobre el parqué del EWIIArena deCopenhague eran sin duda el mejor reflejo de cómo se sentía la plantilla delAbanca Ademar después de quedarse a un solo gol de lograr una remontada que parecía imposible y con la que el equipo leonés coqueteó durante buena parte del partido ante un Kolding que celebró el pase como si del título se tratara.

Y es que pocos finales más crueles se podían imaginar para el conjunto de un Rafa Guijosa abatido en los instantes posteriores a la bocina final pero optimista minutos después:«La historia se escribe poco a poco y hoy hemos dado el primer paso para que el Ademar vuelva a ser un grande de Europa». Porque sus pupilos se marcharon de su primera experiencia en el Viejo Continente de la peor de las maneras posibles, teniendo incluso posesión para poner el 25-28 que hubiera valido para estar en la fase de grupos. Sin embargo, con el Ademar recuperando el balón a apenas 10 segundos del final, un placaje más propio del rugby sobre Juanjo Fernández para detener el contraataque que acabó con el manchego en el suelo, no permitió que los árbitros detuvieran el tiempo como marca el reglamento e incluso sancionaran con tarjeta roja la acción. El tiempo se consumió y solo dejó espacio para un golpe franco con el tiempo cumplido que el propio lateral estrelló contra la barrera danesa.

Si bien es cierto que Ademar nunca llegó a tener tres goles de renta, sí logró dos durante buena parte del partido Demasiado castigo para un equipo que simplemente jugó el partido que tenía que jugar para pasar la eliminatoria. El Abanca Ademar firmó una actuación sensacional poniendo contra las cuerdas a un equipo que multiplica por cinco su presupuesto y en el que cuando tuvo opciones de romper el partido no lo logró en gran parte por culpa de la actuación arbitral de una pareja griega a la que demostró quedarle muy grande un partido de la talla del de ayer en Dinamarca. Y es que los colegiados sí mantuvieron cierta línea en la apreciación de las jugadas e incluso no dudaron en castigar la dura defensa local cuando lo debieron hacer. Sin embargo, la presión les llevó a compensar sucesivamente cualquier castigo impidiendo ningún tipo de continuidad en las dinámicas.

Sin embargo, mucho más allá de los arbitrajes, los leoneses se marchan con el mal sabor de boca que ya no solo supone quedarse a un tanto de la remontada sino la de saber que la eliminatoria se marchó en el partido de ida en León en el que era para muchos jugadores su primer partido en Europa.

Un encuentro que desde luego sirvió como clase magistral de experiencia, y es que si algo demostró el Abanca Ademar en Copenhague fue madurez. Lo hizo porque no dejó de creer ni tras un inicio de partido en el que fueron los daneses los que tomaron las primeras ventajas. Las individualidades de la primera línea del Kolding llevaban a Rafa Guijosa a pedir el primer tiempo muerto del partido al cuarto de hora de juego (8-6) en el que su equipo parecía volver a encontrarse a los mismos Kasper, Igropulo y Mindegia que en León.

Sin embargo, ese parón permitía a los visitantes darle al vuelta al partido y ponerse, por primera vez, dos goles arriba (9-11). El Ademar encontraba en Simonet y Costoya el lanzamiento exterior que había echado de menos en la ida si bien necesitaba mayor aportación de una portería en la que Cupara realizaba su primera intervención en el minuto 25. El que sí aparecía era Kasper, que detenía dos siete metros en esa primera media hora de juego para, junto a un parcial de 2-0 con Igropulo y Jacobsen como ejecutores, impedir que los visitantes se marcharan en el marcador y dejar todo igualado previo al paso de ambos equipos por vestuarios (13-13).

Un palo sin duda el de no poder irse por delante para el equipo leonés, que en el inicio de la segunda mitad comenzó un toma y daca con el Kolding en el que cada gol de los locales encontraba la respuesta por parte del Ademar en poco menos que un ejercicio de agotamiento mental que después demostró tener sus beneficios (17-17).

Porque con Cupara más enchufado al menos comenzando a contrarrestar una nueva gran actuación de Kasper, los de Rafa Guijosa tomaron la iniciativa en el marcador cuando debieron hacerlo, en el último cuarto de hora de partido. Con Vieyra desacertado, el madrileño no dudó en dar galones a un David Fernández que demostró por qué el Ademar confío en él este verano. El lateral se echó al equipo a las espaldas y fue clave para que una vez más los leoneses, aprovechando una doble exclusión en el Kolding, cogieran de nuevo dos goles de renta tras un gol de Piñeiro (18-20).

Un placaje sobre Juanjo en el contraataque de la última posesión no sirvió para que los colegiados pararan el tiempoAntonio CarlosOrtega paraba el partido y daba aire a un equipo que a pesar de su presupuesto demostró estar tremendamente descompensado entre su primera y segunda unidad. Un buen Chiuffa devolvía la igualdad al electrónico (20-20) y ahí aparecía otro ‘loco bajito’ para poner de nuevo contra las cuerdas a los daneses. La defensa ademarista apretó y Jaime Fernández corrió para poner de nuevo al Ademar dos arriba (20-22).

El balón comenzaba a quemar en los minutos clave del partido, pero a los visitantes no les tembló el pulso para mantener la ventaja con Leo Santos entonces como protagonista (22-24).

A pesar de eso, la reaparición de Antonio García y la mala suerte de Cupara dejaban el partido empatado a falta de cinco minutos (25-25) y con un último tiempo de Rafa Guijosa que serviría para pedir un último esfuerzo a los suyos.

Fue ahí donde el Ademar demostró que a pesar de la inexperiencia en estas lides a ambición y garra no le gana nadie. Porque no fue el teórico equipo titular el que se encargó de dar ese último apretón sino que tirando de fondo de armario y con jóvenes como protagonistas, Leo Santos yJaime Fernández refrendaron su sensacional partido poniendo un 25-27 que a falta de 30 segundos dejaba tiempo para la esperanza entre los pocos aficionados ademaristas desplazados y el terror en las caras de los 2.000 daneses que llenaban el coqueto Brondby Hallen.

Defendiendo en toda la pista la fenomenal defensa ademarista provocó la amenaza de pasivo para los daneses y la pérdida a falta de 10 segundos. El resto es historia. A veces un paso atrás supone dos pasos adelante en un futuro y el Abanca Ademar demostró ayer en la cancha de uno de los equipos más poderosos de Europa que tiene mimbres para volver a ser temido allá donde viaje. Lo bueno está aún por llegar.
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