Durante 65 minutos, la Cultural fue capaz de aguantar y tratar de tú a tú a uno de los máximos candidatos al ascenso como es el Sporting. Generando sólo una oportunidad, pero no permitiendo ninguna. Pero, en dos trágicos minutos, los leoneses echaron por tierra todo el trabajo. Dos clamorosos errores atrás que costaron caro. Que provocaron que de tres tiros a puerta hechos en todo el partido por los asturianos dos acabaran en gol. Que propiciaron el 0-2 con el que el Sporting de Gijón asaltó el Reino de León y provocó la fiesta de los más de 1.500 seguidores desplazados a la capital leonesa.¿El primero? Llegó tras una falta lateral botada por Moi Gómez, que tras un grave fallo de marcaje remataba solo en el área pequeña al fondo de las mallas Sergio Álvarez. ¿El segundo? En la jugada siguiente, cuando primero el error defensivo provocaba un mano a mano que Palatsí salvaba y, en el rechace, Iván, que hasta entonces había rozado la perfección, cometía un gravísimo error, intentando pisar el balón y regalándoselo a Bergantiños, que a puerta vacía sentenciaba el choque.
Demasiadas concesiones ante un equipo muy sólido como el Sporting que dejaron grogui a la Cultural, que esta vez ni siquiera pareció creer en que otra heroica remontadafuera posible. Con más corazón que ideas intentó apretar buscando meterse en el partido, pero sin llegar a estar cerca de ello y temiéndose en cada balón perdido que los asturianos agrandaran la herida.
Aridai tuvo la única ocasión de la primera parte, pero su disparo solo a la altura del punto de penalti se fue arriba Sólo en el descuento, con un remate claro en el segundo palo de Carcelén, que tras un centro de Víctor la mandaba fuera, estuvo realmente cerca de recortar distancias una Cultural que hasta entonces apenas había tenido un tiro lejano de Señé que detenía el portero y un cabezazo a balón parado de Zuiverloon que se iba arriba.
Mal final para un partido en el que lo mejor fue el extraordinario ambiente, y que en su primera mitad había tenido a las lesiones y la intensidad como protagonistas. Porque empezó dominando la Cultural, pero poco a poco se fue desperezando y dando sensación de peligro un Sporting que perdía a sus dos laterales, Lora y Canella, que tenían que ser sustituidos.
El primero en el minuto 3, dejando claro de paso que la bandera blanca que parecía ondear entre aficiones en la grada se trasladaba al campo, pues Buendía en posición clara dentro del área prefería echar el balón fuera para atender al jugador; el segundo en la recta final, contribuyendo todo a que el árbitro añadiera unos atípicos cuatro minutos de descuento.
Sergio remató solo en el área pequeña tras un error de marcaje para hacer el 0-1 en un córner; un fallo de Iván supuso el segundo ¿Oportunidades? Realmente claras sólo hubo una. La tuvo Aridai, que fue la sorpresa en el once pero no estuvo acertado. Tras un disparo lejano de Yeray y dos rebotes dentro del área, el canario controlaba, recortaba a la perfección al defensa pero, libre de marca a la altura del punto de penalti, disparaba demasiado arriba.
Sólo esa y sólo un tiro entre los tres palos, también de Aridai desde fuera del área a las manos de Mariño. Aunque, sin crear ocasiones, sí que un buen Sporting dejaba muestras de su arsenal ofensivo. Una vez Iván González y otra Zuiverloon salvaban siendo el último defensor el uno contra uno ante el atacante asturiano, en otra la defensa salvaba in extremis el peligro que había generado una ‘frivolité’ en la frontal de Buendía y, en el tiempo de descuento, un córner cabeceado por Bergantiños se marchaba por milímetros tras rozar en un defensa y estar a punto de remachar Scepovic en el segundo palo.
Eso, y también una jugada para la polémica en la que Buendía reclamaba penalti, siendo empujado por el defensor aunque exagerando la caída el argentino, dejó una primera parte igualada y que dejaba buen sabor de boca a ambas hinchadas.
Hasta el descuento, con un remate de Carcelén, no tuvo la Cultural opciones de volver a meterse en el encuentro ¿La segunda mitad? Comenzó con Yeray estando cerca de marcar el gol de la temporada con una espectacular rabona que se marchaba fuera por muy poco, pero tras unos minutos de tanteo llegaron esas dos jugadas trágicas.
Y ya no hubo vuelta atrás. La zaga estropeaba su buen partido. El ataque, más gris que en otras ocasiones, no lo podía arreglar. La primera derrota en casa en Segunda era inevitable. ¿Lo mejor? Que ante el Sporting podía entrar en los planes. ¿Lo peor? La sensación de que fueron dos errores propios y no dos aciertos del rival los que la provocaron. Que una mínima desconexión provocó el máximo castigo.