Cuando salir de casa sí que es bonito

Contracrónica | La afición de la Cultural, que cada día crece en número y animosidad, volvió a disfrutar un día más de un equipo que sigue empeñado en sorprender para bien a su hinchada

Jorge Alonso
14/11/2016
 Actualizado a 15/09/2019
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Se ha puesto de moda esta temporada en la grada de animación del fondo sur del Reino de León un cántico que dice algo así como «qué bonito es cuando salgo de casa para ir al estadio a animar a mi equipo». No podía ser de otra forma, y es que mucho tiempo después al aficionado de la Cultural se le puede hinchar el pecho hablando de su equipo.

Porque los de Rubén de la Barrera están empeñados en calentar las tardes de invierno, apartar la pereza que invita más al sofá que a la grada y atraer como un imán a una afición que ya sufre por el mero hecho de perderse un solo minuto de juego de los suyos.

Una atracción que hace desaparecer las excusas y cada vez suma un mayor número de adeptos a su causa. Se ve en las ya clásicas colas previas a los partidos o en el número de asientos libres alrededor del fiel socio que se lleva las manos a la cabeza con el juego de su equipo. «Voy a guardarme en vídeo todos los partidos de este año porque no sé cuándo vamos a volver a ver algo igual».

El gol de Toni ejemplificó de la mejor manera posible lo que es esta Cultural, capaz de enganchar hasta el más escéptico y tan segura de sí misma que no le importa jugar igual ante el Real Madrid, la Mutilvera o el Pontevedra.

El gol de Toni ejemplificó de la mejor manera posible lo que es esta Cultural, capaz de enganchar al más escépticoEs momento para disfrutar, para que ir al fútbol no suponga para el aficionado poco menos que un castigo. Porque de todo se sale, hasta de ser un perdedor. Porque los Chicago Cubs ganaron la liga de béisbol norteamericana 108 años después. Porque la selección irlandesa de rugby tuvo que esperar 111 para volver a ganar a Nueva Zelanda. Pero lo hicieron.

En la historia de la Cultural predominan, y por mucho, los malos momentos sobre las alegrías y es por eso que a poco que suponga, el aficionadodisfruta estas últimas el doble.

Leía la pasada semana al compañero de ‘La Rioja’ Sergio Moreno una historia a la que tituló ‘La lección de Tirgo’. En una reunión con una peña de una Unión DeportivaLogroñés que no pasa por sus mejores momentos, le preguntó a un aficionado lo que le pediría a su equipo, un club en tantas cosas parecido a la Cultural y cuya ‘lección’ es por tanto perfectamente extrapolable a la realidad que por suerte se vive desde el otro extremo a orillas del Bernesga.

«No le pido nada. Como a todos nos gustaría bañarnos en la fuente Murrieta. Pero vamos, lo único que queremos es ir al fútbol, disfrutar todos juntos yendo al fútbol. Hay gente que lo quiere hacer en Segunda. Y es su decisión. Pero a esos les toca esperar. Nosotros ya lo estamos haciendo», aseguró.

La atracción del equipo suma cada vez más adeptos a su causa, se nota en las ya clásicas colas y en la grada del Reino «Lo importante es gozar», que diría precisamente el ahora responsable de prensa del club riojano, y usted culturalista ya lo está haciendo, siéntase un privilegiado.
Porque ir al fútbol es mucho más que 90 minutos de deporte, es todo lo que sucede antes y todo lo que pasa después. Es compartir el paseo previo y el café de camino al estadio. Es por supuesto compartir mesa y mantel un domingo con tu compañero de grada y de sentimiento.Como ayer en León con los ‘Triperos’ o en Madrid con los culturalistas emigrados. Es compartir alegría ahora, y seguro que sufrimiento más adelante, pero en compañía.

Y es que esto no para. La Cultural no solo se ha convertido en un rodillo sobre el césped, también en la grada. El boca a boca vuela desde el Ejido a Pinilla y de Armunia a la Inmaculada. La bola del culturalismo se va haciendo cada vez más grande y no hace falta que llegue el campeón de Europa para sacarlo a la palestra. El futuro es prometedor y bien lo demostraron los más pequeños del club demostrando que maman culturalismo sobre el césped del Reino. Su misión será defender el escudo quién sabe dónde.

Disfrute culturalista, es su momento. Quién sabe en qué quedará todo esto. A buen seguro lo mejor está aún por llegar con un equipo con el que da vértigo imaginar su techo, pero si se queda en nada no podrá decir que no gozó del camino.
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