Cerca de 10.000 personas en la subida, muchas banderas y Vestas presente

Más que la etapa en sí, lo que hace especial la jornada de La Camperona es cómo se vuelcan los aficionados, que llenan las cunetas en las durísimas rampas que presiden los kilómetros finales del puerto leonés.

Por primera vez la cima no se coronó en fin de semana y eso se notó en la afluencia de gente, que aún así fue notable, estimándose en cerca de 10.000 y dando color en cada metro al paso del pelotón, en especial en la subida del 25% presente en el tramo final.

Ya este jueves eran muchas las caravanas aparcadas ya en Olleros de Sabero y este viernes, desde por la mañana, el reguero de gente que se iba acercando era constante. ¿El procedimiento? Era similar: coche aparcado en la zona habilitada dentro de la explanada de cielos abiertos de Sotillos e inicio de la ascensión hasta encontrar el lugar donde ubicarse para esperar a los ciclistas, si bien los más valientes volvían a bajar tras llegar hasta la meta a ver cómo quedaba el impresionante pasillo de pendones, que volvió a deslumbrar como también lo hizo la forma en que recibió a la Vuelta el pueblo de Lario, simulando un largo pelotón de ciclistas... ¡de alpacas!

Pero, de vuelta a La Camperona, ¿cuáles eran los utensilios imprescindibles? Los que protegían del calor, porque el tiempo como se preveía acompañó y fue casi perfecto; bocadillo y algo de bebida en la mano; y en muchos casos también la bandera de León presente, pues fueron muchísimas las que se vieron durante toda la subida.

Una ascensión en la que, en las numerosas pintadas que siempre hay presentes, estuvo también muy presente la lucha de Vestas, cuyos protagonistas quisieron dar otra vez repercusión nacional a un caso que ya la ha conseguido.

Una fiesta a la que también contribuyó Carrefour, cuya carpa del ‘Parque Vuelta’ en Sabero, con 2.500 degustaciones de productos leoneses, le convirtió en uno de los destinos más demandados por los seguidores.