Cuenta atrás para el proyecto solidario y deportivo que lleva el Bierzo a Mauritania

En marzo está previsto que se traslade la ayuda recaudada en estos meses a Fèrèni y que se de formación deportiva, paso previo a la segunda parte del plan

Mar Iglesias
08/01/2019
 Actualizado a 14/09/2019
Niños de la aldea mauritana con camisetas del gimnasio en el que trabaja Ousmani y que entregó cuando volvió a casa hace dos años. | O.T.
Niños de la aldea mauritana con camisetas del gimnasio en el que trabaja Ousmani y que entregó cuando volvió a casa hace dos años. | O.T.
Comienza la cuenta atrás para dar forma a un sueño, el de Ousmani Traore, que hace dos años quiso mirar más allá. El joven deportista de 24 años llegó al Bierzo hace una década, tras vivir varios meses en Canarias, donde llegó en patera desde su Fèrèni natal, en Mauritania. Buscaba un futuro, y lo encontró al llegar a la comarca, donde residió en un centro tutelado. Tras estudiar mecánica y animación sociocultural consiguió establecerse en Ponferrada, donde todo se le empezó a poner de cara de la mano de la capoeira y de su contacto con el gimnasio Bierzo Fitness Mamba Gym. Allí trabaja y desde allí ha comenzado una vuelta a casa solidaria, de la mano del gerente del centro, Diego Vázquez y de su hermano Álex, siempre implicados con proyectos de ayuda. Traore decidió poner en marcha una ONG para encabezar una idea que concibió en 2017, cuando regresó a casa «y vi que nada había cambiado».

En aquel momento supo que los niños de Fèrèni eran él y que sin ayuda, seguirían repitiendo los patrones que le obligaron a subirse al mar y dejar su tierra mauritana. Eso le hizo remangarse y diseñar un proyecto que, bajo el nombre de Bierzo demandana (Bierzo solidaridad) pretende conseguir un cambio a través del deporte y a corto plazo. El proyecto incluye la construcción de una escuela deportiva, que supondrá unos 10.000 euros de los que 4.000 se los llevará el transporte complejo que ya comienza a tomar forma para el mes de marzo. Será entonces cuando se envíe un contenedor cargado de ropa, juguetes y enseres a Mauritania y, una vez en el país, se traslade a su aldea en camión.

Será él quien capitanee la expedición, como símbolo de lo efectuado y en previsión, acompañado de Diego Vázquez, que ya ha adoptado a Traore como su «hijo moreno», con el que guarda una complicidad especial.

En este primer viaje estarán acompañados también por algún entrenador de fútbol y allí ofrecerán talleres de kickboxing y otras disciplinas, con la convicción de que el deporte es base para el desarrollo. Ousmani asegura que a él le ayudó mucho, tanto a integrarse en un país que desconocía como a crecer personalmente. Y eso es lo que le gustaría llevar a los que dejó, con la colaboración de su hermano, que será clave en la ejecución del proyecto dentro del país africano.

Con todas las piezas sobre la mesa, el trabajo ya ha comenzado con la recaudación para conseguir la ayuda humanitaria y también el importe económico. Hasta ahora se han diseñado varios eventos deportivos y musicales para recaudar fondos y la cifra comienza a crecer. La solidaridad berciana, siempre subrayada cuando se pide ayuda, está permitiendo que el sueño de Ousmani se convierta en una realidad a 2.500 kilómetros de casa.

En febrero se comenzará a cargar el contenedor para llevarlo en marzo y, mientras, en el gimnasio, sede de la agrupación, seguirá la recaudación con la venta de calendarios solidarios y de botellas de vino de La Rioja o incluso sudaderas y, en lo próximo, la realización de un evento deportivo de ciclo indoor nocturno el próximo 8 de febrero con 60 bicicletas y cuatro horas de actividad.

El puzzle va encajando y la odisea que se quedaba en la almohada ahora es la mano tendida para que los niños de Fèrèni tengan una infancia distinta a la que recuerda Ousmani.
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