Crónicas de un argentino desde la ‘Siberia’ berciana

La nieve pone a rodar el ingenio de muchos negocios de turismo rural, que aprovechan las redes sociales para dar a conocer la situación en sus pueblos, como hace Gurka en el valle de Fornela

Diana Martínez
14/02/2018
 Actualizado a 19/09/2019
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“¿Dónde estarán los dueños de este ‘autito’ rojo, que hace veinte días que no los veo?” Una capa de cerca de 40 centímetros de nieve cubre un coche aparcado en una calle de Guímara  y a Maximiliano Romero, ‘Gurka’, le sirve de tema central de su crónica diaria de la nieve desde la ‘Siberia’ berciana.

Este argentino de Buenos Aires regenta desde hace unos años ‘A Corte del Toro’ el bar-restaurante y albergue público de la pequeña localidad de Guímara, en el municipio berciano de Peranzanes. Guímara es el pueblo situado más al fondo del valle de Fornela, el primero que se asoma a las aguas del río Cúa, a 26 kilómetros de Fabero, la localidad próxima más grande. Al otro lado de las montañas, ya es Asturias.A casi mil metros de altitud, las nevadas de las últimas semanas lo han convertido en uno de esos pueblos de postal, con sus pros y con sus contras.

Y precisamente para dar cuenta de estos pros y estos contras, Gurka, haciendo gala de su labia argentina, ha creado un simpático serial de vídeos en la red social Facebook, en el perfil de ‘A Corte del Toro’, donde hace casi a diario una crónica dichachera, sobre la situación de la nieve en el valle de Fornela, con gran éxito entre sus seguidores.

El ‘autito’ rojo, que se sigue día a día enterrando entre la nieve, es en realidad de uno de vecinos de Guímara, pero el vídeo funcionó tan bien, que Gurka se dispuso a continuar susretransmisiones en las redes sociales, al estilo “corresponsal en la estepa”, ataviado con un gorro siberiano y un potente anorak. “El otro díavino la UME y uff”, “¡Mirá que lindo es esto. Esto si que es vida!”, muestra en el vídeo del martes día 13 de febrero.“A ver si viene alguien a jugar un truco, que hay días que no se juntan cuatro ni para echar la partida”, dice.

Y otras llamativas entradas, no exentas de algunos “boludos” exabruptos, que le han hecho ganarse muchos seguidores en las redes y los mensajes de ánimo y apoyo de tantos fornelos por el mundo que siguen sus perfiles.

Vamos a agradecer a Chus, que está todos los días a las siete de la mañana con la pala para que los muchachos puedan bajar al colegio Alguna de las jornadas, el vídeo muestra como está la carretera para bajar a Fabero, y otros han servicio para agradecer el trabajo de las quitanieves. “Estos rusos no aflojan. Vamos a agradecerle el Ayuntamiento (de Peranzanes) y a Chus, que está aquí todos los días a las siete de la mañana con la pala para que los muchachos puedan bajar al colegio”.E incluso una recomendación para Puigdemont. “Carles, venite de Bélgica para acá, que aquí no te encuentra ni el Tato”.

Empezó a hacer los vídeos por “echarle un poco de humor a la situación y que la gente viera como está el pueblo”, porque muchos fornelos se pasan casi todo el año fuera de su tierra.

Es una forma también de hacer visible la situación complicada en la que se encuentran muchos pueblos de las montañas de León en estas semanas, donde la nieve no ha dado tregua. Precisamente las redes sociales son la herramienta que han utilizado muchos negocios de turismo rural de la montaña para hacerse ver en estas circunstancias.

Las crónicas ‘siberianas’ de Gurka están funcionándole muy bien a este argentino que, con o sin nieve en Guímara, podría tener otro serial de vídeos en internet igual o más interesante dedicados a su propia historia.

Jugador de rugby amateur, decidió hace casi 20 años irse a Italia, pero acabó deparando en Albacete y después, en el Bierzo  Jugador de rugby ‘amateur’ en Buenos Aires, decidió hace casi 20 años irse a Italia a intentar ganarse la vida como deportista. Circunstancias de la vida, le hicieron cambiar su destino a España y se vio en Albacete, donde se sumó a las filas del Albacete Rugby Club.

Era difícil vivir del rugby, así que Gurka se inició en el oficio de tornero, en la industria de la cuchillería,  y allí en Albacete estuvo 11 años hasta que se cansó y decidió cambiar su vida a la montaña.

Tenía pensado irse al País Vasco, pero otra vez circunstancias de la vida le hicieron desembarcar en el Bierzo, donde intentó comprarse una casa en la pequeña localidad de Penoselo “donde sólo vivía una abuela, Rosario”.

Al cabo de un tiempo, pudo instalarse en Sésamo, en el municipio de Vega de Espinareda, donde “me compré un pajar” y para ganarse la vida decidió empezar a vender los quesos manchegos que tan bien conocía. Corría el año 2011 cuando una pescadera que subía a vender pescado a Fornela, le invitó a subir con él para vender allí sus quesos.

En un momento dado, surgió la oportunidad de gestionar el bar de Guímara que con regularidad la Junta Vecinal de la localidad saca a subasta pública. Y desde entonces en Guímara se quedó, donde ha conformado una familia y donde ha nacido su pequeña hija Martina, que tiene un año y medio “y treinta abuelos; es la niña mimada de todo el pueblo”, explica. Y es que, “lo que te hace quedarte a vivir en un pueblo es su gente. El paisaje es muy bonito, pero lo conoces en tres días. Sin embargo esta gente me ha acogido, me ha tratado muy bien y me ha ayudado mucho”.

Allí en Guímara, donde el verano es un hervidero de gente y en invierno viven cerca de 30 personas "aunque con la nieve muchas se quedan en casa",  A Corte del Toro ofrece como especialidad gastronómica la parrillada argentina, que muchas gentes del contorno se acercan cada a día a probar y a repetir. La sobremesa está ambientada muchos días por el salero de un gaitero de Buenos Aires, ex jugador de rugby, ex tornero y ahora también reportero dicharachero, quizá  con ciertos propósitos de ‘influencer’ “o como carajo se diga”.
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