15/10/2018
 Actualizado a 15/09/2019
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Se atribuye a Santa Teresa de Jesús –que, por cierto, fue la primera mujer Doctora de la Iglesia y cuya fiesta se celebra hoy de una forma especial en Ávila con la clausura del Año Jubilar Teresiano– la frase «Es una gran virtud tener a todos por mejores que nosotros». Todo un canto a la humildad resumido en pocas palabras que muchas veces nos gustaría escribir en un papel, doblarlo y dejárselo a más de un tipo en el bolsillo de la americana o a unas cuantas señoras en su bolso de mano.

De carácter reformista y con una inteligencia admirable, a pesar de haber sido una monja incomprendida, perseguida y hasta acusada a la Inquisición, Santa Teresa transformó el Carmelo, fundó nuevos conventos optando por una vida más austera, sin vanidades ni lujos, y dejó unos cuantos escritos que son un modelo para la vida misma. También para los que no pisan una iglesia, créame.

Sobre la humildad, además de la frase de Santa Teresa, en un despacho en el que entro algunas veces por cuestiones de negocios hay enmarcada una postal de tamaño 10x15 con una puesta de sol que dice «Cada vez que subas un escalón de triunfo, sube dos de humildad». Otra tarjetita para encargar en la imprenta quinientas o mil copias y repartir por ahí, ¿a que sí?

El día de la Fiesta Nacional, mientras en Madrid el huésped de La Moncloa pretendía ejercer de jefe de Estado hasta que alguien del servicio de protocolo de la Casa Real le tuvo que decir a él y a la consorte que ese no era su sitio, a nivel pueblo uno también vio cosas merecedoras de comentario. Y todo por no saber cuál es el sitio que le corresponde a uno y dónde debe estar en cada momento. Todo por la falta de humildad y porque como también decía Teresa de Calcuta «El que no vive para servir, no sirve para vivir».
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