Banda sonora de la vieja vida

14/11/2018
 Actualizado a 15/09/2019
14-11-2018-a-la-contra.jpg
14-11-2018-a-la-contra.jpg
Cada música, cada instrumento si quieres, tiene su aquel, cara y cruz, como corresponde a esta tierra en la que a toda solución se le encuentra un problema. La que a unos emociona a otros incomoda.

Mientras en unos teléfonos ponen como sintonía el himno de la legión en otros apuestan por aquella estrofa de «la música militar nunca me supo levantar», que nos acercó la voz aguardentosa de Paco Ibáñez; mientras a muchos emocionan las bandas de semana santa otros piden que las envíen a ensayar allá donde no se escuche ni la última nota; mientras la oficialidad subvenciona los encuentros de tunas, y tunos, no falta quien recupera la controvertida estrofa de Def Con Dos «tuno bueno, el tuno muerto. Ningún tuno se merece respeto»... que ya advierto a los de la Ley mordaza que es cosa de ellos, los vigueses ‘hiphoperos’ e irreverentes que eran colegas de los Sindicato del Crimen. Uff. Entonces que se podía.

En fin, vuelvo. Que Mauri nos convoca alrededor de la música de los acordeones y viene lo anterior a cuento de que no le encuentro la cruz a este instrumento y menos en esta tierra. No hay más que acudir cada verano al Alcuentru (encuentro) de acordeones al que nos congregan en Babia y Laciana para darse cuenta de que detrás de este instrumento se esconden vidas irrepetibles, tipos para la evocación de aquellas fiestas que organizaban y amenizaban. Y delante del instrumento, escuchando, se ven las caras de quienes reconocen en esta música la banda sonora de la vieja vida, de los viejos bailes, de los enredabailes en el corral... Así se entiende la tremolina que se monta cuando a Arty ‘El Ruso’ le desmontan el estaribel... y la acordeón de las melodías populares.
Lo más leído