Antes tocó penitencia. Pese a que el partido se puso muy de cara para la Ponferradina, que abría la lata en los últimos compases de la primera mitad y dejaba el choque encarrilado al comienzo de la segunda con un gol de penalti que suponía además que el Adarve se quedara con un hombre menos, los de Carlos Terrazas no supieron rematar a los madrileños, que llegaron a darle la vuelta al marcador y obligaron a la Deportiva a recurrir a la épica.
Isi, de cabeza, volvió a poner la igualdad y Yuri remató la faena en el último suspiro con un remate acrobático que deja la zona de descenso a ocho puntos de distancia a falta de solo seis jornadas del final de la Liga, un respiro para un equipo que tratará de consumar su ‘resurrección’ en este último tramo de temporada luchando por un hueco en la próxima edición de la Copa del Rey.
La Deportiva golpea primero
Dada la mejoría de la Deportiva en las últimas semanas, con dos victorias y dos empates que habían permitido al conjunto berciano poner tierra de por medio con el descenso, Terrazas volvió a recurrir a un bloque que casi se puede recitar de memoria.
Solo una novedad introdujo el técnico bilbaíno respecto al once que goleó a la Gimnástica Segoviana, Isi en lugar de Iago Díaz. El ex del Murcia fue el gran agitador de un partido que empezó muy trabado. Conscientes de que la victoria suponía dejar la permanencia asegurada no de forma matemática, pero sí virtual, Ponferradina y Adarve extremaron precauciones y plantearon una guerra sin cuartel en la medular, donde ni unos ni otros parecían capaces de combinar con criterio y todo se reducía a tratar de aprovechar un error del rival.
En uno de esos ataques relámpago, los bercianos estuvieron a punto de dar el primer golpe. Tras la primera conexión entre Yuri y Donoso, el extremo recibió en el pico del área y soltó un latigazo que se estrelló en el lateral de la red.
El disparo del asturiano dio paso a una etapa de dominio de una Deportiva que fue de menos a más en el primer acto. Cidoncha e Isi encarnaron mejor que nadie la filosofía del técnico vasco: compromiso y sacrificio en la presión; verticalidad con el balón.
Así llegó el gol del canterano atlético. La superioridad berciana tuvo el premio de un tanto psicológico al filo del descanso aprovechando un fallo de Bernal, que en su afán por no ‘rifar’ el esférico, terminó perdiendo en balón en su propia área ante el acoso de Isi y Cidoncha, que se quedó con la pelota y fusiló a De las Heras.
Pese al tercer tanto del centrocampista en tres partidos, el verdadero factor desequilibrante fue Mandaluniz. Poco antes del gol berciano, el guardameta evitó que la escuadra madrileña se adelantara en el marcador haciéndose gigante en el mano a mano ante Héctor. El ariete trató de picar el balón ante la salida del cancerbero vasco, que le adivinó las intenciones y sacó una mano salvadora.
Caraja y reacción
Si el final de la primera parte había sido el soñado para los blanquiazules, el guión del inicio del segundo acto lo hubiera firmado el mismo Terrazas. Isi forzaba un penalti que suponía además la expulsión de Moré y Yuri no perdonaba desde los once metros, dejando el partido visto para sentencia.
O eso parecía. Con 0-2 y ante un equipo en inferioridad, a la Deportiva se le vieron las costuras. El conjunto berciano dejó que el partido enloqueciera y resucitó a un Adarve que gracias a un extra motivado Iván Mateo, volvió a un partido que parecía decidido.
Apenas un minuto tardaron los ‘lobos’ en poner las tablas. El ariete recortaba distancias desde el punto de penalti aprovechando una mano clara, inocente e innecesaria de Ríos Reina y en la siguiente jugada sellaba un doblete fugaz con un disparo envenenado tras rebotar en un defensa.
El sufrimiento no terminó ahí. Con el Adarve totalmente desatado pese a su inferioridad numérica, Berodia daba la vuelta al marcador aprovechando la caraja de una Deportiva totalmente desdibujada que se veía obligada a recurrir a la épica una semana más.
Y a Yuri. El brasileño no cuajó el mejor de sus partidos, pero volvió a ser decisivo. Isi puso las tablas con un testarazo a centro de Iago Díaz y con el partido convertido en una ruleta rusa se inventó un remate acrobático para culminar la remontada y colocarse como ‘pichichi’ en solitario del Grupo I.