Y no es lo malo

Por Carlos Fernández Morán

Carlos Fernández Morán
20/01/2021
 Actualizado a 20/01/2021
cruce-vecilla-20121.jpg
cruce-vecilla-20121.jpg
Lo malo es que… que nos han obligado a cerrar nuestras cafeterías y restaurantes, nos han limitado o recortado nuestros ingresos, pero seguimos obligados a tener que asumir todos los gastos e impuestos derivados de una actividad que no estamos ejerciendo. Como si a ti como cliente que nunca te llegaste a sentar en la silla de un restaurante donde tenías una mesa reservada te enviáramos la factura de una cena que nunca llegaste a disfrutar. ¿No me digáis que no nos están metiendo un palo?

Se esfumó aquel espíritu del aplauso en los balcones con los cantos de sirena para volver de nuevo a la España del sálvese quien pueda y del tente mientras cobro.

Que no tengamos a día de hoy ayudas directas no es lo malo, lo malo es que te carguen la seguridad social de tus trabajadores cuando están en casa porque el negocio está cerrado, tu recibo de autónomos, que no puedas alcanzar un acuerdo con tu arrendador porque en este país el patriotismo y la solidaridad raramente alcanzan más allá de colgar la bandera en un balcón o llevarla puesta en una pulsera, que dos días antes de que termine el mes llegue el estado y te pase la factura el primero de todos dejando a proveedores y empresas en cola de espera. ¿Pero en qué país estamos?

Confieso que por un momento recuerdo con algo de envidia la capacidad de presión de otros sectores como las líneas aéreas, la minería o los agricultores. ¿Te imaginas que al sector del taxi le digan de un día para otro “aparquen ustedes sus coches ahí que no lo van a mover durante al menos 15 días” pero que les siguieran cobrando la gasolina, el impuesto de circulación, el seguro del coche, la letra del banco, como si fueran a trabajar todos los días?

Si algo ha quedado claro en estos últimos meses ha sido que el sector de la hostelería no tiene representación. Y así se explica que en cada toma de decisiones se nos pase una y otra vez el rodillo por encima. Porque no tenemos quién se siente en la mesa. No estamos ni unidos ni representados. Quizás distraídos en largas diatribas valorando la ineficacia de unos partidos frente a otros, de unos líderes frente a otros, como si hubiera alguna diferencia entre ellos. La España de los unos contra los otros. Y mientras tanto…

Y mientras tanto con el palo nos van dando. Esta es la situación de pánico en la que nos encontramos muchos hosteleros que no podemos mantener nuestro negocio abierto únicamente con el servicio de terraza porque genera más gastos que ingresos, que nos hemos visto obligados a cerrar por las limitaciones que nos han impuesto y que sin generar un solo euro de ingresos tenemos que seguir haciendo frente a todos nuestros gastos como las facturas de renta, luz (porque aunque hayamos reducido nuestro consumo mantenemos refrigeradores y congeladores encendidos y se mantienen términos fijos de potencia e impuestos), recibos de aseguradoras, seguros sociales de trabajadores que no están trabajando porque la cafetería está cerrada, recibo de autónomos, prevención de riesgos laborales, protección de datos, recibo de teléfonos, últimos cobros de proveedores pendientes de una mercancía que no puedes vender y rentabilizar, amortizaciones de préstamos del negocio, sistema de alarma, impuestos de Diputación, cierre del trimestre…

¿Seguimos?

Pero esto no es lo malo. Lo malo es que si eres autónomo, de los ingresos de tu negocio, pagas la gasolina y la letra de tu coche, la hipoteca, la luz y la calefacción de tu casa, el colegio de tus hijos, tu compra del supermercado… Y la factura del urólogo para que te saquen el palo.
Lo más leído