Una vaga reactivación de las cuencas afea un preacuerdo con un buen plan social

Seis alcaldes de municipios mineros de la provincia valoran un documento que satisface en lo referente a prejubilaciones y bajas, pero que deja muchos aspectos "en el aire"

Rosa Álvarez
21/10/2018
 Actualizado a 16/09/2019
El preacuerdo busca una transición justa de la minería del carbón y el desarrollo sostenible de las comarcas mineras para el periodo 2019-2020. | MAURICIO PEÑA
El preacuerdo busca una transición justa de la minería del carbón y el desarrollo sostenible de las comarcas mineras para el periodo 2019-2020. | MAURICIO PEÑA
Será el día 24 cuando se firme el documento definitivo de un pacto que se avanzó el pasado martes –tras cerca de once horas de reunión– y que no ha sido recibido por igual por aquellos a quienes afecta de algún modo. El Gobierno central y los sindicatos UGT y CCOO son los firmantes de un preacuerdo para una transición justa de la minería del carbón y desarrollo sostenible de las comarcas mineras para el periodo 2019-2027, cuyo acta se hizo público esa misma noche y que consta de tres folios en los que se citan las ideas en torno a las que girará el texto final. Destaca un plan social en el que se dan datos de cómo se aplicarán las prejubilaciones y bajas incentivadas, se apuntan otras medidas adicionales a favor de los trabajadores del sector que continúen en labores extractivas, se habla de promover el uso del carbón autóctono competitivo «más allá de 2018», y se refiere a la reactivación de las comarcas mineras, de las que se dice que deben ser beneficiarias de «un plan de acción urgente» en el que figuran cuatro puntos. También se apuesta por medidas de apoyo a nuevas tecnologías (Ciuden), formación, trabajadores excedentes y seguridad minera y se comunica que se creará una Comisión de Seguimiento integrada por los firmantes.

El contenido de este preacuerdo –a falta de conocer los detalles del documento final– ha sido valorado por seis alcaldes de municipios mineros de la provincia (Igüeña, Fabero, Páramo del Sil, Villablino, La Robla y La Pola de Gordón), que han coincidido en dos aspectos clave: en que el plan social es bueno (no le ponen apenas pegas más allá de que vuelve a no tener en cuenta a los trabajadores de las subcontratas), y en que en el resto quedan «muchos aspectos en el aire», principalmente en el apartado referente a la reactivación de las cuencas mineras, que es, además, la parte que como regidores de esos municipios les afecta más directamente. No obstante, en este punto no todas las reacciones son iguales y mientras algunos alcaldes ligan la falta de detalles a que lo que se ha hecho público es simplemente el acta de un preacuerdo y confían en que el texto definitivo contente a las cuencas, otros critican la labor de los sindicatos en este aspecto y lamentan que no se haya hablado con los ayuntamientos.

El alcalde de Igüeña y presidente de Acom (Asociación de Comarcas Mineras), Alider Presa, no se encuentra entre estos últimos. Él valora la «buena labor» de UGT y CCOO por haber ofrecido una «solución» a los trabajadores, aunque se queden fuera de ella, como en planes anteriores, las subcontratas. Es la de la reactivación la parte que más le «preocupa», aunque entiende «que luego la extenderán más y serán más concretos porque en esas cuatro o cinco líneas que citan puede entrar cualquier cosa», dice. Además, se alegra de que hablen de «continuidad en las minas que queden abiertas, de velar por el carbón autóctono, pero a todo eso hay que ponerle datos y cifras más concretas», sostiene. También echa en falta una alusión a las térmicas y, como alcalde y presidente de la Asociación de Comarcas Mineras, tiene claro que reclamará «que se nos escuche en la parte de la reactivación y formemos parte de esa Comisión de Seguimiento para ver cómo se desarrolla el Plan».Quizá la más positiva en su valoración sea Mari Paz Martínez, alcaldesa de Fabero, quien asegura que como preacuerdo le parece «muy bueno», aunque ahora sea necesario «llegar a los acuerdos, dar más pasos, pero con tiempo, que es lo que hemos conseguido». En su opinión, se ha logrado que se vuelva a hablar de minería, de la Ciuden, y de alargar el proceso hasta 2027 sin que 2018 les «asfixie». Aplaude también que empiece a tenerse en cuenta «que el carbón es necesario para generar energía, que no es el que incrementa la subida de la luz» y confía en que «al final el Gobierno tendrá que entender que tiene que disponer de este recurso en el mix energético». Respecto al alcance del preacuerdo es también clara: «lo que no se ha hecho desde 2011 no se va a arreglar en dos meses. Nos dejaron morir por inacción total y ahora se nos abre un abanico en el que entran todas las posibilidades».Ángel Calvo, alcalde de Páramo del Sil no oculta su enfado con el documento firmado. «Los sindicatos han ido a dejar contentos a los trabajadores que se van sin importarles que las cuencas queden vacías. No han estado a la altura», afirma tajante. Por ello, «felicita» a UGT y CCOO por «defender la parte que les corresponde», el plan social, y hacerlo «muy bien», pero cree que «no les ha preocupado lo más mínimo la continuidad de las centrales, de las minas» y los pueblos, y «alto y claro» afirma que «no pueden ser el interlocutor válido para una Comisión de Seguimiento porque no pueden tener nada que decir en cuanto a las cuencas mineras se refiere y a los municipios. No nos representan». Desde los ayuntamientos, dice, tienen que participar «en el dibujo de ese futuro y en el diseño del mismos».Mario Rivas, alcalde de Villablino, tampoco se muestra entusiasmado con un preacuerdo que define como «de mínimos». Reprocha que en un buen plan social se queden fuera las subcontratas, «que son las paganas de todo este proceso que ha vivido la minería» e insiste en que los municipios deben ser llamados para formar parte de los documentos que se están poniendo sobre la mesa. «Tenemos que hablar de esa transición justa y de una reconversión útil y para eso quienes deben estar y formar parte de esa negociación somos los ayuntamientos». Echa de menos también más detalles que indiquen «hacia dónde va la minería», que se hable de las térmicas, en cuáles se va a quemar el carbón autóctono, al que sí hacen referencia, y «con qué garantías o contratos de compra con las empresas. Es algo que queda en el aire y me preocupa».Por su parte, el alcalde de La Robla, Santiago Dorado, mira el preacuerdo con buenos ojos. «Para mí es positivo, sin lugar a dudas, porque en junio nadie daba un duro por que hubiera un nuevo plan del carbón a partir de 2018, y quien diga lo contrario miente». El plan social, con la pega de las subcontratas, lo ve «correcto, y más cuando tiene el parabién de los sindicatos». «Menos claro» tiene «cómo se va a llevar a cabo la reindustrialización de las comarcas mineras», No obstante, no descartó que «el documento definitivo cumpla las expectativas que tenemos». Entre sus peticiones, quiere saber cómo se va a llevar a cabo la devolución de las ayudas, que se dé flexibilidad a las empresas y que se fije alguna fórmula, como el antiguo decreto de garantía de suministro, que fije una cuota de carbón autóctono que deban consumir.

Para el alcalde de La Pola de Gordón, Francisco Castañón, es importante la reactivación de las comarcas mineras, pero lo es también «el mantenimiento de los centros de explotación que existen actualmente, que se siga sacando carbón», porque es competitivo y porque «la producción de carbón lo único que necesita prácticamente es que no se le estorbe y que no se penalice como está pasando ahora, no hacen falta ayudas», apunta. Sí que valora positivamente el tratamiento en el plan social hacia los trabajadores de las empresas matrices, aunque ve «injusta» la posición en la que quedan las subcontratas. Respecto a la reactivación –donde coincide como el resto en que tienen mucho que decir los municipios– solo ve «voluntades, intenciones» y ninguna cosa concreta. «Queremos ver cuál es la línea, el camino y que se siga trabajando».
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