Un libro plantea usar el cuerpo como una terapia psicológica

La trayectoria profesional de la psicóloga Laura Grinsztajn le ha servido para desarrollar una serie de técnicas que tienen como objetivo utilizar "los recursos corporales completos". Es, ante todo, un método que pretende utilizar el cuerpo como terapia psicológica, tanto para dolores físicos como para "diferentes problemáticas y emociones que han ido surgiendo en las sesiones" que esta profesional lleva años conduciendo, tanto de forma individual como colectiva. A partir de ahí, Grinsztajn ha establecido lo que denomina trabajo corporal consciente "tras una reflexión de por qué llegar ahí, de una manera diferente a la psicología tradicional, en la que solo se tiene en cuenta a la palabra". Y todo ello lo ha recogido en ‘El cuerpo como camino’, que este viernes se presenta en la Biblioteca Pública de León de la calle Santa Nonia a las 19:30 horas.

El libro propone en primer lugar "diferentes tesis" que se establecen a partir de esta idea de que el cuerpo no debe separarse de la parte psicológica, mientras que en la segunda se incluyen "recursos que se utilizan en las sesiones", que son en sí ejercicios y técnicas como sensopercepción, sutonía, antigimnasia, estiramiento de cadenas musculares, expresión corporal, juego libre, terapia ‘gestalt’, yoga y ‘chi kung’. Tampoco faltan otras cuestiones como la respiración, los arraigos, la proyección, los anclajes, el sostén, la flexibilidad, el equilibrio, la destreza, la expresividad, la relajación y la nutrición inteligente. Eso sí, "no hay una receta única, no se puede pretender que en dos o tres sesiones se concrete, es un trabajo que desde el inicio supone la implicación y el compromiso", agrega Grinsztajn.

Una de esas materias, la nutrición inteligente, tiene un capítulo aparte en el libro, y está escrito por otra autora, la leonesa Natalia Argüello, que reconoce que no es nutricionista pero lleva "más de 15 años estudiando las dietas". "He hecho todas las que se inventan, pero no existe una definitiva", apunta, de ahí que insista en que hay que tener en cuenta los movimientos y, sobre todo, "escuchar cómo es tu cuerpo y empezar un camino para la dieta", para así ver de dónde vienen los alimentos, las sensaciones que producen, cómo se cocinan y otras cuestiones que se fijan más en la relación con la comida.