Trabajar más allá de los 65

Un total de 1.045 leoneses siguen de alta pese a superar la edad de jubilación

Alfonso Martínez
16/12/2014
 Actualizado a 07/09/2019
Los hermanos Fernando y Nieves Fernández de la Verdura posan en la tienda que regentan en Sabero. | MAURICIO PEÑA
Los hermanos Fernando y Nieves Fernández de la Verdura posan en la tienda que regentan en Sabero. | MAURICIO PEÑA
O han trabajado toda su vida y no son capaces de estar parados pese a que podrían vivir cómodamente con su merecida pensión o no han alcanzado la cotización suficiente para que esto sea posible y han optado por alargar su vida laboral y mejorar así sus condiciones económicas en el futuro. Son los dos perfiles básicos a los que se ajustan los 1.045 leoneses que siguen dados de alta pese a haber superado ya los 65 años de edad, según los datos facilitados a este periódico por la Subdelegación del Gobierno y que proceden de la Dirección Provincial de la Tesorería General de la Seguridad Social en León. Cada uno de estos casos se estudia de manera individualizada para que nadie siga trabajando sin estar en condiciones de hacerlo.

Las mujeres que superan los 65 años y que continúan activas en la provincia de León son más numerosas que los hombres, según la citada estadística. En este sentido, 547 leonesas que podrían haberse jubilado siguen desarrollando algún tipo de actividad laboral, mientras que el número de varones se queda únicamente en 498. Si se tiene en cuenta el régimen de la Seguridad Social en el que están inscritos estos currantes de edad avanzada, destaca el de los autónomos (687, de los que 350 son hombres y 337 son mujeres).

Mientras, el régimen general cuenta con un total de 298 leoneses que superan los 65 años. De esta cifra, 140 son hombres y 158 son mujeres. Los datos reflejan además que en el caso del régimen de asistencia en el hogar hay inscritas 54 personas en la provincia. En este caso la supremacía femenina es clara, puesto que sólo hay dos hombres. Cierran la lista el sector agrario (únicamente tiene tres hombres) y el régimen específico para el carbón, que actualmente cuenta también con tres empleados que rebasan la edad habitual de jubilación. Más allá de la fría estadística, conviene conocer de primera mano a algunas de las personas que optan por seguir trabajando pese a que han superado la barrera oficial del retiro.

Arrancamos nuestro viaje en Santa Olaja de la Ribera. Allí nos recibe José Ferrero, propietario de Talleres Electrón. Cumplió 65 hace unos meses, pero tiene previsto seguir en la brecha «hasta que me lleguen las fuerzas ». Lleva ya medio siglo en el sector de la reparación y el suministro de maquinaria industrial. «Tengo 14 trabajadores y tres hijos en la empresa. Las circunstancias económicas hacen que siga al pie del cañón, aunque no nos podemos quejar, porque hemos mantenido el empleo durante la crisis e incluso hemos contratado», explica. Montó su propia empresa en 1973 y ahora tiene la nave de Santa Olaja de la Ribera y una tienda en Párroco Pablo Díez. «No sé si esto repuntará el año que viene, creo que hasta 2015 no se notará.
En todo caso, el que lleva toda la vida en el negocio no puede dejarlo de la noche a la mañana, porque la persona hace el negocio», apunta finalmente el máximo responsable de la empresa Talleres Electrón. Nos alejamos de Santa Olaja para acercarnos a la montaña, a la localidad de Sabero. Nieves Fernández regenta allí una tienda y acumula un recorrido vital que dura ya 80 años. Recibe la fiel ayuda de su hermano Fernando, principalmente a la hora de descargar mercancía. Es un año mayor y, pese a que está oficialmente jubilado, ha tenido un corral ganadero hasta hace poco tiempo (se trata de una figura permitida y compatible con la pensión). «La última de mis vacas se murió en marzo y los vecinos ya no quisieron venderme ninguna, pero mi hermana dice que, si cierra la tienda, se muere», afirma Fernando. La tienda de ‘Los Tocineros’ Su negocio es conocido como la tienda de ‘Los Tocineros’ y tiene su origen en el año 1890, cuando el abuelo de Nieves y de Fernando viajaba a caballo desde Canseco hasta esta zona de la provincia para vender embutido, tocino y manteca. «Era lo más demandado, porque la gente humilde no consumía aceite», recuerda Fernando. La puesta en marcha de una fábrica de hierro hizo que su abuelo viera la oportunidad de poner en marcha un negocio en Sabero. Ahora ya no adquieren mucha mercancía para su tienda, en la que se pueden encontrar muebles, calzado, relojes y todo tipo de artículos de ferretería. «Tenemos cosas de gran valor, como un reloj de más de mil euros o un dormitorio de haya checoslovaca. Nosotros decimos que ya estamos en liquidación, pero creo que mi hermana va a morir al pie del cañón», agrega. El abuelo de Fernando y de Nieves llegó a hacerse con una mina en 1910, pero una década más tarde se arruinó y murió «del disgusto». Sin embargo, su heredero fue capaz de levantar de nuevo el pequeño ‘imperio’ familiar. «Nuestro padre empezó a funcionar únicamente con seis pesetas que le pidió a un vecino para comprar unos corderos y salió adelante gracias a la generosidad de la gente del valle de Lois, que le fiaban el ganado sin dinero y podía pagar después de haberlo matado y vendido. Siguió trabajando y llegó a tener, además de la tienda, una funeraria y una oficina bancaria », narran estos dos hermanos. Sobre los motivos para seguir con el negocio pese a su avanzada edad, aseguran que «el trabajo bien llevado es salud ». «Ahora dicen que la cosa está muy mal, pero la realidad es que nadie quiere hacer nada. Hay que aguantar, porque mucho peor que esto era el año 1941. Yo tenía nueve años, pero recuerdo que se racionaba hasta el sebo y que comíamos pan negro, con más salvado que harina », relata Fernando. «Antes se sobrevivía por lo que se sembraba en el huerto o las dos ovejas que se tenían en casa, pero ahora la gente no quiere hacer nada. Cuando tienes que encontrar a alguien para encargar un trabajo, hay muchos que te dicen que no saben o no quieren hacerlo», agrega. Restringir gastos y aguantar. Son los consejos fundamentales que da Fernando ante la actual situación de crisis económica. «A los jóvenes de hoy en día que sufren la crisis económica les recomiendo que aguanten y que siempre hagan algo, aunque sea sembrar unas lechugas, que sean honrados, que no hablen mal de nadie y que pidan lo que necesiten, porque siempre van a encontrar a alguien que esté dispuesto a prestarles ayuda», detalla Fernando. Dejamos atrás a estos dos hermanos en Sabero y nos acercamos a la ribera del Porma para bajar hasta la localidad de Moral del Condado. Allí tiene su rebaño de 500 ovejas Eduardo García, natural de Casares y conocido popularmente como ‘El Moreno’. Ha escrito ya 84 años de su historia y comenzó a ejercer de pastor de la mano de su padre cuando apenas tenía ocho. «Nunca me levanté después del amanecer y no sé hacer otra cosa. Si vendo las ovejas, me muero a los ocho días», relata. Respecto a la situación económica actual, este pastor asegura que todavía no la entiende muy bien. «No puede ser. Hay que trabajar, aunque sea en algo que no guste, porque yo veo muchos prados en los que pueden pastar muchas ovejas, pero lo que no veo son pastores», concluye ‘El Moreno’.
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