Los trabajadores del sector financiero reclaman mejoras salariales en un año de beneficios récord para los bancos

Denuncian un clima laboral “asfixiante” y piden mejores préstamos para las plantillas

23/02/2024
 Actualizado a 23/02/2024
Imagen de la manifestación del 8 de febrero en Madrid. | L.N.C.
Imagen de la manifestación del 8 de febrero en Madrid. | L.N.C.

Tormenta perfecta en el sector financiero. Los tres grupos que conforman este departamento (banca, cajas de ahorro y cooperativas de crédito) se encuentran en un punto muerto con respecto a las negociaciones de sus tres convenios con sus respectivas patronales.

Todas las entidades bancarias cerraron el 2023 con beneficios récord gracias a la subida de los tipos de interés en la concesión de créditos (un aumento ejecutado por el Banco Central Europeo), pero este beneficio no se ha repercutido en los trabajadores del sector.

«Las negociaciones con las patronales están embarrancadas». Así de claro se muestra el secretario de comunicación y medios de la Central Estatal Sindical Independiente de entidades de Crédito y Afines (Cesica), Santiago Temprano, quien recuerda que «lejos queda ya aquella crisis económica de 2008 en la que los empleados nos apretamos el cinturón y renunciamos a subidas salariales» con la finalidad de mantener sus empleos y tratar de pasar el bache lo más rápido posible.

Ahora, al hilo de esa bonanza económica de las entidades, la plantilla del sector financiero solicita una mejora de sus convenios basada en tres ejes: la revalorización salarial, la recuperación del clima laboral y la mejora de los préstamos que se ofrecen a sus trabajadores.

«Hace casi dos años desde que los tipos de interés aumentaron y los bancos hacen gala de ello. Seguimos negociando los convenios, pero las ofertas que sugieren desde las patronales para mejorar nuestra situación se podrían calificar de rácanas», expresa Temprano.

Según el representante de Cesica, con la revalorización que proponen las patronales no recuperarían el poder adquisitivo que han perdido durante estos últimos años. Los datos sugieren una reducción de ese poder adquisitivo situado en torno a un 20%, mientras que las patronales, por su parte, ha ofrecido a día de hoy una subida del 7,5% a lo largo de tres años, es decir, en 2024, 2025 y 2026.

«Si a esto le añadimos la subida de los tipos de interés en los préstamos, que hace que paguemos nuestras hipotecas más caras que los clientes, vivimos nuestro día a día de una manera asfixiante», lamenta. Un caso de lo más «extraño» porque, aclara, cuando se solicita un préstamo, el banco revisa la solvencia del cliente, pero en esta situación el cliente es un trabajador del sector financiero, por lo que su solvencia es la solvencia de la entidad. «Son ellos quienes pagan nuestras nóminas», sentencia.

Respecto al clima laboral, Temprano recuerda la destrucción de empleo que se ha venido dando en el sector financiero durante los últimos años, cifrando en 120.000 puestos de trabajo perdidos desde el 2010. En este contexto, el número de clientes sigue siendo el mismo, por lo que la carga de trabajo entre los empleados ha aumentado de manera considerable. «La presión se ha vuelto extenuante. Al hablar con los compañeros, uno se da cuenta de la carga de trabajo que están soportando, siempre aquejándose de que van con prisas o de que no llegan a los plazos», describe el secretario de comunicación de Cesica y añade que esta situación ha generado un gran problema de salud laboral.

«Nosotros planteamos estos tres factores encima de la mesa y las patronales no dan ningún paso serio en la negociación. No entendemos por qué no nos escuchan cuando el sector financiero es de extrema importancia para todo el mundo, vivimos en una economía global», puntualiza.

El pasado 8 de febrero los sindicatos del sector financiero llevaron a cabo una manifestación con sus representantes en Madrid a la que acudieron alrededor de 3.000 personas, una fórmula que repitieron este miércoles con más protestas en Valencia, Sevilla y Barcelona, avisando de que intensificarán su campaña entre las plantillas de trabajadores.

El martes 20 de febrero se celebró la sexta reunión de la mesa negociadora del convenio colectivo de ahorro, un encuentro nada fructífero. Los sindicatos denunciaron la «vergonzosa» mejora de la propuesta de incrementos de la patronal, una oferta que, calificaron, «ni siquiera está a la altura de lo firmado por la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), de la que son asociados». En este sentido, los representantes de los trabajadores interpretaron esta postura como un «menosprecio» a la plantilla sin precedentes. «Esperemos que las palabras tan despectivas del negociador no sean realmente lo que piensan los dirigentes de nuestras entidades, porque entonces estamos todos perdidos», aseveraron en un comunicado.

Además, en el escrito hablaron en nombre de toda la plantilla para decir «basta» a la situación que están viviendo. «El deterioro de la calidad de servicio al cliente, consecuencia directa del maltrato a la plantilla y de una presión comercial desmedida, ya no puede mantenerse porque ha tocado fondo. Es hora de defender nuestros derechos porque esta negociación va de justicia social, de equidad y de respeto y, precisamente por esto, va a ser esta plantilla la que ponga fin a la situación extrema a la que nos han abocado», expresaron tras añadir que la patronal tiene la oportunidad de revertir la situación «demostrando un compromiso real con la justicia social, económica y laboral» finalizaron.

Como consecuencia de estas movilizaciones, aseguran que ya demostraron a las patronales «el malestar que estas dicen no percibir» entre sus trabajadores. A partir de ahora, avanzan que procederán a los «parones parciales», es decir, huelgas de dos horas entre las 8.00 y las 10.00 de la mañana. «Hacía mucho tiempo que los tres grupos no colaborábamos todos a una, pero si continúan con las mismas negativas, el lunes 26 de febrero, que es cuando empieza el movimiento porque son días de cobros y es cuando mayor repercusión conseguiremos, llevaremos a cabo estas interrupciones en nuestras labores. Las plantillas de trabajadores lo van a secundar, va a ser un parón histórico», detalla Temprano.

En caso de que todas estas acciones no surtan efecto, llevarán a cabo una huelga general fechada para el 22 de marzo, diez días después de su próximo encuentro, a no ser que las patronales avancen en las negociaciones de los convenios. Una hoja de ruta de movilizaciones conocida por ambas partes y en la que no descartan tomar acciones más drásticas si la evolución de la situación no es satisfactoria.

Archivado en
Lo más leído