El día festivo se inició con la procesión del santo, acompañado por el pendón y la pendoneta de la localidad, bien escoltados por los grupos de bailes regionales. Como manda la tradición, antes de la eucaristía, el sacerdote procedió a la bendición de los campos. Y después de la bendición, pastas y asadurilla para todos los asistentes.
Además, la I Feria Artesanal se convirtió en otro de los puntos de interés de una jornada de domingo con decenas de productos llegados de toda la provincia en una clara apuesta del Ayuntamiento de San Andrés por el mercado más leonés. La tarde continuó con los hinchables para el público infantil, después de que su apertura se retrasara un día por el mal tiempo del sábado.
Con esta jornada se pon punto final a unas fiestas marcadas por la tradición, pero también por las competiciones organizadas por la Peña Barcelonista de Villabalter o la discomóvil, que pese a la lluvia, hizo disfrutar a cientos de personas, bajo la llamada del Consistorio a la responsabilidad, para que el ocio nocturno no dejar rastros de suciedad para el siguiente día.
