"Quiero ver los partidos de mi hijo como el resto de padres"

Agustín y Luis no pudieron entrar a un pabellón de baloncesto el pasado domingo por no disponer de accesos adaptados para sus sillas de ruedas

Víctor S. Vélez
09/12/2018
 Actualizado a 19/09/2019
Luis y Agustín parados ante las escaleras que les impidieron la entrada al pabellón del IES Eras de Renueva. | L.N.C.
Luis y Agustín parados ante las escaleras que les impidieron la entrada al pabellón del IES Eras de Renueva. | L.N.C.
Este lunes se celebró el Día Internacional de las Personas con Discapacidad y aunque los avances en materia de accesibilidad durante los últimos años son un hecho, en León sigue siendo una asignatura pendiente en algunos lugares públicos y en muchos espacios privados. Buena prueba de ese trabajo por hacer la ponen en relieve Agustín Fernández y Luis Álvarez, dos padres que el pasado fin de semana no pudieron ver a sus hijos jugar al baloncesto por encontrarse con una «gran escalera» de acceso al pabellón del IES Eras de Renueva.

Agustín acudió este domingo, como hace cada semana, a animar a su hijo Álex que juega en el infantil del Colegio Leonés pero se encontró con una barrera insalvable para la silla de ruedas con la que se mueve desde hace 16 años. «Primero bajé una rampa, pero luego había una larga escalera sin más rampas ni ascensores. No daba crédito, algunos padres intentaron ayudarme pero no pudimos encontrar solución de cómo acceder», explica el padre.

Al poco rato, llegó su amigo Luis, también en silla de rueda y padre de Marcos que juega al baloncesto en el equipo cadete del Leonés, y se encontraron frente a la escalera con el mismo problema. Ambos decidieron denunciar una situación que califican de «inadmisible en pleno siglo XXI», más al tratarse de partidos de liga respaldados por la Federación de Baloncesto de Castilla y León. Por ello, Agustín y Luis han emprendido una campaña para hacer un llamamiento que garantice la accesibilidad de todas las personas a los espacios donde se jueguen los partidos. «Propusimos a los otros padres y al entrenador que no se jugara porque había dos padres que estaban en las puertas sin verlo. Y si el pabellón no vale, no vale para todos. Nosotros queremos ver los partidos de nuestros hijos como el resto de padres», apunta Agustín.

En los últimos años se ha avanzado mucho en accesibilidad, pero todavía queda trabajo por hacerPara que se cumpla su objetivo de que «otros padres que vayan a ver a sus hijos en silla de ruedas no se encuentren con el mismo problema», creen que el Instituto de Eras de Renueva debe hacer una rampa «de fácil construcción en este caso» para «no vulnerar el derecho a la igualdad del artículo 14 de la Constitución». «No queremos que más padres se tengan que quedar a las puertas esperando a que acaben los partidos de sus hijos», señalan. Uno de los padres que no pudieron acceder al pabellón a ver hacer deporte a su hijo afirma que ha vivido experiencias similares en otros recintos leoneses. «Un día se necesitaba un ascensor para poder acceder a otro pabellón y los responsables no encontraban las llaves. Nadie me tiene que empujar como a un saco de patatas, la gente suele ser voluntariosa y yo agradecido pero, si no se pone solución, que me ayuden es pan para hoy y hambre para mañana», asegura.

Agustín Fernández también afirma haberse encontrado con barreras similares viendo a otro de sus hijos, que juega en un equipo de fútbol de Puente Castro. «En los descansos del partido, los otros padres van al bar del recinto deportivo a tomar un café o una caña. Yo, por culpa de dos grandes escalones que llevo luchando más de un año para que quiten, me tengo que quedar en la puerta con el café que me sacan que viene bien para el frío porque a veces hace mucho», comenta este padre.

Según explica Agustín, hace más de un año envió una carta a los responsables del Puente Castro FC y al Ayuntamiento de León para que pongan solución al obstáculo que le impide «tomar una caña con el resto de padres» cuando finalizan los partidos de su hijo. «Desconozco a ciencia cierta de quién es la titularidad de dicho bar, aunque me dicen que lo más probable es que las instalaciones pertenezcan al Ayuntamiento de León. De una forma o de otra les pido que directamente realicen la adecuación de la entrada a dicho bar si corresponde al Ayuntamiento o si fuese de titularidad privada, insten a solucionar dicho problema de accesibilidad», se puede leer en la carta sin respuesta emitida por este padre durante el año pasado.

Tal y como relata esta persona leonesa con discapacidad esta situación es habitual y que «en ocasiones hay más locales a los que no se puede entrar que a los que sí». Para Agustín, la concienciación de la sociedad debe ir encaminada a que «o entran todos o yo tampoco entro» y propone un «distintivo de diferenciación para los comercios y establecimientos accesibles». «Hay que reconocer que en la última década se ha avanzado mucho, pero todavía queda trabajo por hacer en materia de accesibilidad», concluye este padre que lucha por la accesibilidad universal.
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