De igual forma, y como ya hizo el lunes, ha insistido en que el momento político "exige mediación", revelando que existen al respecto propuestas sobre la mesa, pero lamentando la respuesta negativa del Gobierno. "Es una grave irresponsabilidad no atender" esas propuestas, apuntó el presidente catalán, que pidió que el conflicto "se encarrile desde la política y no desde la policía".
El Rey hace suyo el discurso y las políticas del Gobierno Rajoy que han sido catastróficas en relación con Cataluña, e ignora deliberadamente los millones de catalanes que no pensamos como ellos Si bien su tono ha estado un par de escalas por debajo de la retórica encendida de los últimos días, Puigdemont no hadudado en apelar directamente al rey Felipe, un día después de que el Monarca se dirigiese a la nación y conminar al Estado a tomar todas las medidas necesarias para restablecer la legalidad en Cataluña. Puigdemont, en este sentido, ha acusado a Don Felipe de "allanar" con su discurso el camino a "las decisiones que el Gobierno español hace tiempo que estudia para liquidar las aspiraciones de soberanía del pueblo catalán". En una inusual interpelación al Rey, le ha dicho: "Con su decisión de ayer, usted defraudó a mucha gente (...) que esperaba de usted otro tono y una apelación al diálogo y la concordia". "El Rey hace suyo el discurso y las políticas del Gobierno Rajoy que han sido catastróficas en relación con Cataluña, e ignora deliberadamente los millones de catalanes que no pensamos como ellos", ha añadido.
Tras el discurso, el Gobierno ha emitido un comunicado donde rechazó "tajantemente" las críticas de Puigdemont al Rey. "Si quiere hablar o negociar, o quiere enviar mediadores, sabe perefectamente lo que debe hacer antes: volver a la senda de la ley, que nunca debió abandonar". "El Gobierno no va a negociar ninguna ilegalidad, no va a aceptar ningún chantaje", ha afirmado el Gobierno en el comunicado.
Ruptura el lunes
El presidente autonómico ha hecho su declaración solo unas horas después de confirmarse que el pleno del Parlamento autonómico que proclamará la independencia unilateral de Cataluña se celebrará el próximo lunes. El formato escogido por Junts pel Sí (JpS) y la CUP es el de una comparecencia de Puigdemont, cuya sesión no lleva consigo necesariamente una votación, ya que se convoca "para valorar los resultados y los efectos del 1-O".
La Generalitat se mueve en parámetros de ignorar las órdenes del Tribunal Constitucional (TC) por lo que sus tiempos los marca la suspendida ley del Referéndum.
No hay duda de que el lunes se efecturá una declaración unilateral de independencia (DUI), pero está por saber "sus efectos" y cuándo se inicia "el proceso constituyente". Mireia Boya, presidenta de la CUP en la cámara catalana, quiso zanjar los rumores que en las últimas horas señalaban que se llevaría a cabo "una DUI a seis meses vista" indicando que el 9 de octubre nacerá la república catalana y acto seguido entrará en vigor la ley de transitoriedad", suspendida también. No sorprendió, así, que los letrados parlamentarios volvieran a desmarcarse y firmaran ayer un escrito advirtiendo de que los miembros de la Mesa tienen "el deber de impedir o paralizar cualquier iniciativa, jurídica o material, que directamente o indirecta suponga ignorar o eludir» las decisiones del TC. El PSC, por su parte, anunció que pedirá amparo al Alto Tribunal porque el pleno del lunes es "ilegal".
La iniciativa del Parlament corre paralela a los intentos de hallar una salida negociada. Al respecto, el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, mantuvo una conversación telefónica con los presidentes del Gobierno y la Generalitat para pedirles que acordaran la designación de un mediador que permitiera que se sentaran a negociar. Así se lo transmitió a la llamada «mesa de partidos por la libertad, la fraternidad y la convivencia» celebrada ayer en el Congreso, infoma Alexis Romero.
En esta línea, y según informó ayer TV3, la Generalitat habría iniciado contactos con el Arzobispado de Barcelona y con el abad de Montserrat a fin de sondear la posibilidad de que ejerzan un rol de mediación. El pasado lunes, Puigdemont pidió una «mediación internacional», aunque las gestiones del Govern no sólo se limitan a buscar figuras mediadoras en el exterior. En este sentido, el vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, se reunió ayer con el arzobispo y cardenal de Barcelona, unas horas después de que éste, y el de Madrid, Juan José Omella y Carlos Osoro, se reunieran el martes con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.