No hay pueblo pequeño y en Ciñera lo saben

Héctor Ordás y Ángela Moro, dos jóvenes de Ciñera, se ponían hace casi cuatro años al frente de la Junta Vecinal con ganas e ilusión por trabajar

Estefanía Niño
11/03/2019
 Actualizado a 18/09/2019
Mural con motivo del Día del Cáncer de Mama. | L.N.C.
Mural con motivo del Día del Cáncer de Mama. | L.N.C.
Hace casi cuatro años Héctor Ordás y Ángela Moro, dos jóvenes de Ciñera, se ponían al frente de la Junta Vecinal. No tenían experiencia en la vida pública, pero si un motor que les impulsaba hacia delante con fuerza: las ganas de trabajar por su pueblo. Junto a ellos, Marife, secretaria de la Junta Vecinal y que ayuda con todo el papeleo, y Miriam como tesorera. A lo largo de estos cuatro años, las actividades han sido constantes, tanto las pequeñas obras y servicios, como las actividades con cariz solidario, de ocio y culturales. Aseguran que no han hecho grandiosas obras, ni acometido elevadas infraestructuras, pero recogen las palabras de Galeano señalando que «hemos conseguido que gente pequeña, en un pueblo pequeño, haciendo cosas pequeñas, haya cambiado, algo, el mundo». Y es que esa ha sido la máxima, concienciar e involucrar a la población.

Las pequeñas obras y servicios que a veces no se ven, pero que son tan necesarias, se han ido acometiendo, por ejemplo desde averías de agua, hasta la limpieza viaria por la nieve, pasando por el paseo de La Cubilla o el cementerio. La participación ha sido un factor decisivo para que esta Junta Vecinal haya podido sacar muchas de sus ideas a flote. Además de la colaboración de bares y establecimientos de la localidad como patrocinadores para que el impacto económico fuese menor, también han rescatado las hacenderas, contando con el trabajo altruista de vecinas y vecinos del pueblo y de otras localidades. ¿Quién no recuerda los pasos de peatones con hermosas frases que se hicieron virales? Pues fue una actividad hecha con los niños. También con voluntarios se han realizado mejoras en El Faedo.

Uno de sus ases en la manga, ha sido la magia. Una chispa para encender el lado solidario de sus vecinos, implicándose en diversas causas: bigotes contra el cáncer de próstata, mural contra el cáncer de mama, violencia de género y flashmob, peluquerías solidarias en la calle para ayudar a la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), la Asociación para la Atención de las Personas Afectadas de Parálisis Cerebral y Encefalopatías Afines (Aspace-León), Asociación Síndrome de Down ‘Amidown’, la Asociación Leonesa de Familiares, o Amigos y Enfermos Mentales (Alfaem) Salud Mental León; una exposición para dar visibilidad y normalizar a las personas con el síndrome de Treacher Collins, apoyo al pueblo sirio, así como eventos contra el cáncer han sido algunas de las iniciativas que más repercusión han tenido. Y como no podemos dejar de hablar de la magia, mención especial para el taller de superpoderes en el que los niños del pueblo realizaron varias varitas mágicas, cargadas de superpoderes, para mandar a los niños y niñas ingresados en el hospital.

La cultura ha sido otro de los pilares, y en torno a ella han girado actividades como conciertos, exposiciones o presentaciones literarias. Como algunos ejemplos el pintor Arturo Espiniella, o la exposición fotográfica sobre el síndrome de Treacher Collins. Los libros abren mentes, y conocedores de esta realidad, muchas han sido las presentaciones literarias como ‘Los niños de humo’ de Aitana Castaño y Alfonso Zapico, ‘El médico que no quería morir’ de Alejandro Álvarez, o ‘Postdata siempre tuyo’ de Florencio Rabanillo, o ‘El Talib Yàabal’ de Adolfo López, han sido algunas de las propuestas.Otras acciones han girado en torno a la salud, como los desayunos saludables o sobre el uso de medicamentos en colaboración con las farmacias de La Pola y Ciñera. A ello, se suman charlas, fiestas, carnavales, talleres...

Con las elecciones municipales a la vuelta de la esquina, Héctor y Ángela están a punto de cerrar esta etapa. En el balance pesan las cosas buenas, aunque no han faltado momentos amargos que han hecho la situación difícil en algunos casos, pero tienen muy claro que se quedan con todo lo bueno, con la satisfacción de haber hecho las cosas por y para todos, y con el respaldo de muchos de sus vecinos.

¿La traca final? Un final de etapa con la celebración del Día del Libro, la obra de teatro ‘Yo, Bernarda’, una adaptación de la Casa de Bernarda Alba con el grupo El Capricho de Valladolid, además de otra presentación literaria. Además, los niños que han sido uno de los motores de esta Junta Vecinal por su sinceridad, participación y gratitud, serán protagonistas de una especial fiesta de despedida. Cierre de ciclo y mucha gratitud que resumen haciendo suya la letra de una conocida canción de Los Secretos «Gracias por elegirnos, por cuidarnos tanto y por no irte, gracias por elegirnos y no fallarnos».
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