Luis Ignacio García: "Avanza el número de trastornos de la personalidad que requieren ayuda"

El gerente de Feclem alerta del aumento de peticiones de tutela para casos como el trastorno bipolar a los que hasta ahora no se protegía

D.L. Mirantes
06/09/2015
 Actualizado a 17/09/2019
La Fundación Feclem ha visto incrementado el número de casos que atiende y mantiene lista de espera.
La Fundación Feclem ha visto incrementado el número de casos que atiende y mantiene lista de espera.
"Hay un dato que es interesante, es el que tiene que ver con los trastornos de la personalidad, que antes no eran objeto de protección jurídica porque obedecía más a trastornos en la forma de entender la vida o enfrentarse a ellos y eran la persona rara, en el barrio o en el pueblo, la más extraña... pero últimamente también se está protegiendo a esas personas que por conductasmás extravagantes pueden sufrir situaciones que favorezcan el abuso". El director-gerente de Feclem, Luis Ignacio García, explica una tendencia para la que "tampoco tenemos razones muy claras".

Un aumento también de la carga de trabajo para una fundación que no logra cubrir todas las encomiendas. "Vamos dando respuesta y no se abandonan los casos, pero no se cubren. Creorecordar que son más de 200 los expedientes ‘vivos’, nuestra pequeña lista de espera, que está pendiente de algún tipo de respuesta o recursos que dé garantías de atención. También están en coordinación con la Junta a la espera de que se le asista a la persona. En fin, una serie de circunstancias que vamos asumiendo a la espera de que haya garantías para cumplir con la misión del Ministerio Fiscal".

Últimamente también se protege a esas personas que antes eran consideradas el raro del barrio o del pueblo Son varias las razones por las que Feclem no puede llegar a todas las personas que desearían, entre ellas la falta de más personal. Actualmente, la Fundación para la Tutela de Castilla y León, cuenta con unos 25 profesionales muy específicos del campo de la salud mental, del Derecho y de los Servicios Sociales. El voluntariado es uno de los puntos débiles porque solo tienen siete en toda Castilla y León. "Puede ser la dificultad que entraña la labor o que igual no es un colectivo muy atractivo, no lo sabemos muy bien. Hemos hecho campañas pequeñas y tampoco somos un colectivo con tradición en materia de voluntariado. Además, las exigencias que nos piden requieren de personal cualificado. Más allá de la tarea de acompañamiento o protección social, la labor más ‘social’, las obligaciones que nos imponen los juzgados requieren de un cuerpo técnico muy profesional".

No obstante, hay que aclarar que la asistencia de Feclem a los tutelados no es continua, sino en momentos concretos y en puntos específicos de la encomienda de los juzgados. "Los juzgados se dirigen a nosotros. León, Burgos y Salamanca cuentan con juzgados específicos de incapacidad y de familia y ya conocen nuestro trabajo de una forma más cercana. Saben que en el caso de que no exista familia, se pueden dirigir a nuestra fundación tutelar para que valoremos la oportunidad del cargo. En función de la sentencia que determina que necesita esa persona, desde máximos apoyos, que sería una tutela total, a apoyos en algunos aspectos particulares (sanitarios, económicos, de gestión…), nos nombra tutores parciales o curadores para esos aspectos. A partir de ahí, lo que se le obliga al tutor es que vele porque tenga cubiertas las necesidades de esas personas en los niveles que nos pide cada juzgado y particularmente para cada persona. Y va desde buscar alojamiento, residencia y alternativas hasta mejorar y facilitar los procesos de rehabilitación que marcan los propios equipos. La protección en lo económico y la salud suelen ser los aspectos en los que más incide la sentencia, que buscan proteger los intereses de las personas con enfermedad mental cuando lo necesitan".

Apoyos externos

En cuanto, a la labor "diaria", Feclem recurre a auxiliares de tutela, que son contratos con la Fundación Grupo Develop, en la que se apoyan para los servicios más asistenciales. También se apoyan con el grupo leonés Carflor para los servicios hospitalarios, para ayudar a un tutelado que se ponga malo y necesite cuidados en el hospital, alguna compra o servicio vacacional o cualquier otro tipo de servicio auxiliar, de dependencia o social, explica García.

No queremos ser juez y parte, no queremos ser los tutores y los dueños de la residencia del tutelado No obstante, la necesidad de apoyarse en servicios externos no es solo una cuestión de recursos. "Las otras fundaciones, la de mayores y la de personas con retraso mental, coincidimos en lo mismo: no queremos ser juez y parte, no queremos ser tutores y dueños de la residencia, queremos separar estos dos status o roles para que permita distanciamiento y ser objetivos con lo que necesita la persona. Nos ponemos a la cola, buscamos el recurso más adecuado y consumimos los recursos como lo haría cualquier otro familiar que tiene un paciente con unas necesidades concretas".

Origen de los ingresos


En cuanto a la financiación de la Fundación, Luis Ignacio García destaca que el 50% de los fondos que reciben son fondos públicos. "Es un dato interesante, porque más fondo público sería más dependencia, pero hemos querido siempre que la Administración esté comprometida en un acto que creemos que tiene que ser de la propia Administración. No puede dejar el ejercicio tutelar de los mayores de 18 años en manos de la iniciativa privada", explica.

La Administración tiene que estar comprometida, no se puede dejar la tutela en manos lo privado Sin embargo, muchos de los fondos que utilizan son del propio patrimonio o de la autogestión de los tutelados, con los que se cubren cuidados hospitalarios, gastos o demás autogestionamos. Una situación totalmente necesaria, reconoce García, porque "sí que vemos un descenso en la financiación de mecenazgo o de entidades privadas. Aquí sí que antes estaban las obras sociales de las cajas y ahora no sé si llegará al 10% en este año, la crisis si que ha supuesto un cierre de la RSC de las empresas".

No obstante, desde Feclem esperan seguir creciendo para dar respuesta al incremento de la demanda de su actuación y evitar los abusos o el daño que puedan sufrir cualquier persona que sufra una enfermedad mental y se encuentre sola.
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