Los leoneses que no quitan ojo a la constelación del Cisne

Seguro que pocos conocen en qué lugar exacto se puede ver la Constelación de Cygnus o del Cisne en una noche despejada. Tampoco que este conjunto de estrellas es el símbolo de la amistad y, mucho menos, la mitología que hay detrás. Pero quizá sí se sabe que hay un grupo de leoneses que muchos días al año alzan su vista lejos de la contaminación lumínica de la ciudad para ver y aprender sobre los astros. Son un centenar de personas las que conforman la Asociación Leonesa de Astronomía, una afición que les une para realizar multitud de actividades y que acaban de publicar el número 127 de su revista.

Unos pocos de estos socios acuden cada viernes al Coto Escolar, donde tienen habilitado un centro de observación con dos potentes telescopios para poder ver lo más cercano, pero también lo más lejano. Y lo más importante, que es una actividad abierta a todo el que esté interesado, según especifica el presidente de esta asociación, José Vicente Gavilanes, quien detalla que el objetivo de este colectivo es «el cultivo de la afición de la astronomía y la divulgación de esta ciencia». «Puede resultar muy entretenido, bonito e interesante, aparte de los valores científicos», esgrime el máximo representante de esta asociación, en la que hay más y menos conocedores de los astros, planetas y galaxias, por lo que en cada encuentro aprenden unos de otros.

Una de las actividades principales de la asociación es esa reunión que cada viernes tiene lugar en el Coto Escolar. Allí pueden ver el cielo que se observa desde León, en un lugar un poco alejado de la contaminación lumínica, gracias a la cúpula, que permite abrirse justo en la zona en el que se quiere centrar la observación.

Aunque tanto esta sala como el salón de actos que se utiliza a veces para charlas y otras iniciativas es de propiedad municipal, todos los instrumentos que manejan para poder observar el cielo ha sido comprado por la asociación, que nació a finales de los años 80.

Actualmente tienen dos grandes telescopios, uno refractor y otro reflector, que se utilizan no solo para ver a través de ellos, sino también para poder tomar fotografías. Y lo más importante es que como están informatizados, desde el ordenador se puede calcular el punto exacto que se quiere observar. Pero además este colectivo tiene otros seis telescopios portátiles que son utilizados tanto para ver en el exterior del Coto como en las salidas que hacen en otros momentos.

Porque otra de las iniciativas que habitualmente lleva a cabo la asociación es la observación en otros puntos de la ciudad y, sobre todo, en la provincia, a donde se desplazan llamados por ayuntamientos u otros colectivos, por lo que pueden mostrar a los presentes todo el conocimiento que van atesorando, ya sea sobre los astros que divisan o las historias y mitología que hay detrás, así como las fiestas, el calendario y las labores del campo y del mar, que tan relacionados están con esta ciencia.

Aunque algunas veces se desplazan a ciertos lugares donde son reclamados, como en el último verano hicieron varias veces en Babia, en la Cueva de Llamazares, en Boizán, en Santa María del Páramo o en Lois, también organizan observaciones con motivo de algún acontecimiento especial, ya sea en el Coto Escolar o en otro lugar. Por ejemplo, cuando hay un eclipse (el último se desarrolló de madrugada y por eso no se hizo un llamamiento público), pero también con los solsticios.

Y a todo ello se añade la elaboración de la revista, que es de carácter trimestral, y donde se incluyen artículos de investigadores y de socios. Es más, en el último número publicaron un texto enviado por el ministro de Ciencia, Pedro Duque. Pero otra de las iniciativas de divulgación que llevan a cabo es un podcast titulado ‘Órbita Leo’, que se puede encontrar en la página web de la asociación (http://www.astroleon.org).