Aunque julio había registrado una importante merma de incendios en la comarca, el final del verano está dejando un paisaje negro en los municipios bercianos. En los últimos días se registraba un incendio en Benuza que se reprodujo y que sumó nuevos focos. El fuego llegó a nivel 1 y, aunque la perimetración sigue en curso, el alcalde, Agapito Encinas, habla de que se superan las 700 hectáreas de terreno de castaños y robledales quemados. Encinas se mostraba indignado ante estos acontecimientos que dejan corta cualquier plantilla de brigadistas «ellos hacen todo lo que pueden y de eso no nos podemos quejar, pero están desbordados estos días. Lo dan todo, pero no son suficientes», dice el regidor. Lamenta que las administraciones potenciaran el fin de la ganadería, que considera que era la que ayudaba a regular la limpieza de los montes «y ahora tenemos este problema». Encinas apunta un segundo hándicap, los controles administrativos en las pretendidas limpiezas manuales y la tardanza en los permisos «no puedes tocar nada aunque quieras. Yo intenté desbrozar para facilitar las obras de la pista que va a Cabrera. Esperé cuatro meses y tuve que actuar en julio y tuvimos que parar, por supuesto, por el peligro de incendios». Tampoco se permite recuperar ese espacio de la ganadería que reclama «no dan facilidades. Tienes que ser un economista para tener dos ovejas. Es todo burocracia y tocar las narices», comenta enfadado, mirando aún los rescoldos de las llamas de su municipio.
La alcaldesa de Fabero, Mari Paz Martínez decía estar desesperada por la intensidad de los fuegos que ha azotado duramente a su municipio, siempre en los mismos focos y con un acercamiento a los pueblos muy peligroso. Su municipio cumple la veintena de incendios y la situación es de «mucha preocupación en los vecinos, sobre todo entre los que están en los pequeños pueblos». Aunque Martínez asegura que los medios de extinción son suficientes, reconoce que la prevención no es efectiva «tenemos pueblos pequeños, con los montes sin limpiar ni desbrozar y eso es necesario. Eso era algo que antes hacía el ganado, pero ya no lo hay, tampoco hay muchos vecinos para hacerlo y los pedáneos no tienen capacidad económica para afrontarlo», lamenta. Y mientras, asegura que se están perdiendo hectáreas de terreno arbolado. Martínez reconoce que no sabe qué hacer para mitigar esta lacra veraniega que le toca vivir porque, aunque respalda la colocación de cámaras de vigilancia contra los pirómanos que se colocarán el año que viene por la Junta de Castilla y León y que Fabero será una de las ubicaciones seleccionadas «tal vez para entonces no tengamos monte que defender», lamenta. Por eso se reunirá con la subdelegada de Gobierno, Teresa Mata y con el consejero de Fomento, Juan Carlos Suárez-Quiñones, con la intención de «poner los pueblos a salvo».
Por su parte, el alcalde de Villafranca, José Manuel Pereira, también reconoce que los medios son suficientes «y hemos conseguido una ayuda para desbroces de perímetros en los pueblos que han efectuado las brigadas de Diputación». Tal vez ese paso haya hecho que los incendios registrados en su municipio hayan tenido un recorrido corto «hemos tenido alguno fuerte, pero en seguida fue atajado y conatos que incluso los hemos podido acometer con brigadas propias». Reconoce que el número de efectivos ha sido suficiente y eficaz, pero sigue mirando al cielo con preocupación «en la comarca tenemos una boina de humo durante todo el verano», lamenta. Pereira considera que sería necesario cuidar los montes durante todo el año «porque la base no es apagar cuando arde», dice. Reconoce que «es algo que se puede prever», no así las olas de calor como la que hemos sufrido estas últimas semanas. «La Junta debe mantener e incrementar la limpieza de bosques antes de la etapa de incendios», dice, «nos ayudan mucho las brigadas nocturnas». En cuanto a la futura colocación de cámaras, Pereira espera que no sustituyan al personal de vigilancia que hay en los montes y que considera que está siendo efectivo «incluso diría que se deberían poner más casetas a pie de campo».
Bienvenido oro verde
La idea de la Junta de aprovechar el combustible forestal para dar empuje a un nuevo sector en la comarca, con base en la biomasa, es atractiva para los regidores, que ven con buenos ojos el proyecto de Forestalia, con una inversión de 80 millones de euros en una central de generación de energía basada en la biomasa. En Villafranca, por su parte, se espera que, tras más de un año de retraso, este mes «rematen los flecos» para que la empresa Green Biosfera coloque su nave en el polígono de Vilela para producir pellets. La entidad, de capital catalán preveía invertir en el municipio berciano 22 millones de euros para construir una nave de 17.000 metros, en la que trabajarían 30 personas para producir 40.000 toneladas de pellets industrial al año. Pese al anuncio de Forestalia de su macroproyecto con biomasa y su segunda vertiente en zonas como Aragón, vinculada al pellets, Pereira considera que «todo es bienvenido». Confía el regidor en que la empresa catalana siga adelante con el proyecto, pese al anuncio de la Junta, y que incluso pueda conseguir subvenciones de la administración autonómica, como asegura que estaba tratando, aunque este proyecto ha sufrido múltiples retrasos en su apertura.
Siguen los fuegos
Siguen sin tregua los fuegos en la comarca. El de Dragonte, en Corullón rebajaba su nivel de 1 a 0 pero seguía activo, como también lo está otro en Cubillos, mientras que se controlaban los focos de Bárcena de la Abadía, en Fabero, tras tres días ardiendo y el de Toreno, que quemaba una hectárea de brezo y roble. Otro foco en Cabañas Raras fue extinguido tras quemar 0,03 hectáreas de zarzas. Ponferrada volvía a sumarse a los fuegos con tres focos, dos en La Placa con un intervalo de cinco minutos entre ambos, que ya han sido extinguidos y otro en Compostilla que suman 0,55 hectáreas.
