"Lo último que debemos perder es la memoria"

El Consejo Comarcal reivindica a los ediles y alcaldes represaliados durante la Guerra Civil en un homenaje también para sus familias

Mar Iglesias
05/04/2019
 Actualizado a 12/09/2019
Momentos del homenaje a los represaliados. | ICAL
Momentos del homenaje a los represaliados. | ICAL
Con la intención de zanjar una deuda, el Consejo Comarcal encabezó el homenaje a los alcaldes y ediles represaliados durante la Guerra Civil en el Bierzo tras un trabajo realizado por un grupo investigador liderado por Alejandro Rodríguez y que cobrará forma en un libro.

El presidente del Consejo, Gerardo Álvarez Courel considera que este acto recupera «datos olvidados en muchos ayuntamientos» y homenajea a las familias de los ediles de las corporaciones de 43 ayuntamientos que eran los que existían en el año 1936 en la comarca. Espera que este acto tenga continuidad en esas familias. «La memoria es lo último que podemos perder» dijo, para no olvidar lo que sucedió hace 80 años «no queremos juzgar a nadie pero que no se pierda la memoria de algo que sucedió y esperemos que no vuelva a suceder».

«Es bueno no buscar culpables», dijo conciliador en un ambiente emotivo que llenó la sala Río Selmo en Ponferrada.

Una de las familiares del que fuera alcalde en Villafranca, Antonio Gabelas, Marina Gabelas, asegura que era muy joven cuando su padre fue alcalde, pero recuerda lo que le contaba su madre «a ella no le gustaba que se presentara, pero lo hizo...», dice. Ese recuerdo gobernó la familia, sobre todo en su hermano, un año mayor que ella «lo llevaba muy metido dentro».

«Yo de aquella no veía la realidad, porque tenía 9 años, pero mi madre nos contaba suavemente las cosas y no nos inculcó nada», recuerda orgullosa, eso sí, del reconocimiento que hace el Consejo a la memoria de su padre.

El autor de la investigación reivindica «el papel de la historia» en este tipo de actos como «garante de la reparación» y que se conozcan los nombres de todos los alcaldes y ediles que participaron de un proceso democrático y los que fueron represaliados. El trabajo de investigación ha sido ardua e incluso en 10 de los ayuntamientos no había documentación, asegura.

Pero Rodríguez considera que el tema sigue vivo «con 300 muertos en las cunetas» bercianas y espera que esto siga siendo una reivindicación ante las administraciones para que actúen.

Con respecto a la Ley de Memoria Histórica, critica que no tenga dotación presupuestaria «y en muchos casos no se cumple», dice, al igual que sigue habiendo calles destinadas a asesinos «y eso recuerda más a la dictadura que a la democracia», dijo.
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