De este modo, junto al recinto amurallado anterior al siglo XII, en Almanza cuentan con un regalo de tres metros de alto en el que 'envolverse'. Una decoración que bien podría situarse en una ciudad y que es la prueba de que en el medio rural también se vive con ilusión esta época del año. Según el alcalde del municipio, Javier Santiago, en los próximos años llegarán más decorados de gran tamaño hasta alcanzar el objetivo de convertir a esta localidad del este de la provincia en "una villa navideña que todos los leoneses quieran acercarse a visitar en esta época del año".
Además del regalo, en el casco histórico de Almanza se ha instalado un belén luminoso y una alfombra de luz en la calle que conduce del arco medieval a la emblemática torre. El resto de calles también han sido adornadas con luces y todo tipo de 'attrezzo' que crean un ambiente navideño en todo el pueblo. Algo a lo que también han colaborado muchos vecinos, incentivados por un concurso de fachadas organizado desde el Ayuntamiento, decorando el exterior de sus viviendas con ornamentos de cientos de formas y colores.
Sin grandes reuniones, sin cabalgatas y sin su multitudinaria fiesta de 'Winterpueblos', que se celebraría a finales de diciembre, Almanza ha sabido reinventarse en esta Navidad del coronavirus para brillar con luz propia. Un pueblo que luce, luce y vuelve a lucir para buscar convertirse, poco a poco, en la villa navideña de todos los leoneses.
