La cigüeña de Ruiforco busca un hogar

El peso y grandes dimensiones del nido supusieron su retirada para que no dañase la iglesia

Estefanía Niño
18/03/2018
 Actualizado a 18/09/2019
La cigüeña trata de rehacer su nido en el campanario. | L.N.C.
La cigüeña trata de rehacer su nido en el campanario. | L.N.C.
La cigüeña de Ruiforco de Torío busca un nuevo hogar. Ya no existe el nido en el campanario de la iglesia, ni tampoco es viable construirlo en una torreta eléctrica. Pero la naturaleza debe seguir su curso, no entiende de las molestias y consideraciones del hombre. La cigüeña de Ruiforco sigue buscando donde anidar.

El campanario de la iglesia era, desde hace siglos, el lugar en el que estas aves anidaban. Una costumbre que es parte de la cultura de la localidad, no en vano la imagen de la cigüeña es el símbolo que portan los vecinos en las camisetas de las fiestas. La llegada de un nuevo párroco ha supuesto que el nido desaparezca del campanario. Lo han tirado con el argumento de proteger el campanario. Un campanario de ladrillo que, para otras voces, ni corría peligro ni sería difícil de arreglar en caso de que fuera necesario. Sin su hogar habitual, la cigüeña ha buscado otra alternativa, y encontró un atractivo emplazamiento en la torre del tendido eléctrico que está al lado del campanario. Sin embargo, llegaron los problemas, causando tremendas averías que dejaron al pueblo sin luz alguna noche y que a su vez provocaron otras averías en las instalaciones eléctricas particulares de las casas. Iberdrola instaló entonces unos artefactos en la torre eléctrica para disuadir a la cigüeña de anidar en ella, con lo que consiguió que se pasase a la siguiente torre y que el problema siguiese siendo el mismo. Este intento de ubicar un nuevo nido ha derivado en que los técnicos de la compañía eléctrica hayan tenido que desplazarse ya más de cuatro veces para reparar el tendido, y que también hayan tenido que desplazarse los de la cloradora del pueblo, que se fundió por culpa de uno de los cortes de luz

El intento de anidar enlas torretas ha supuesto constantes problemas con el suministro eléctrico  La cigüeña de Ruiforco no se rinde. Sigue buscando un hogar. Sigue queriendo construir su nido. Por ello, trabajosa, va acumulando en el cementerio aledaño al campanario muchísimo material de construcción para su nido. Palos que se pasa el día recogiendo por los campos del Torío pero que no puede utilizar porque cuando empieza a ponerlos, se los quitan. No hay posibilidad de construir el nido y, además, el cementerio está, por tanto, lleno de palos con lo que podría suponer un riesgo de incendio, según apunta alguna vecino. Se trata de un trabajo eterno. La pobre cigüeña ignora que lo que tanto afán construye de día, la mano del hombre se lo arrebata de noche.

El presidente de la Junta Vecinal, Julián López, reconoce que el intento de la cigüeña de realojarse en las torres del tendido eléctrico ha traído constantes problemas «esta semana los técnicos tuvieron que venir dos días, la semana pasada igual, cada vez que se va la luz hay que avisar a los de la cloradora para que la ponga otra vez en marcha…». Las molestias, son constantes. Considera que lo mejor sería que dejasen al animal anidar donde lo ha hecho «toda la vida, que la dejen de una vez». Asegura, que si fuera necesario realizar una limpieza o una reparación cada uno o dos años, no habría ningún tipo de inconveniente.

El párroco, César Peláez, ha manifestado que esta decisión no ha sido un capricho, que se ha basado en el hecho de que «era un nido con unas dimensiones muy grandes, estamos hablando de un nido que podría pesar unos 1.500 kilos». Un peso que, asegura, conllevaba constantes deterioros para la iglesia «tejas rotas, escombro», además del riesgo que podría suponer su caída o bien para el cementerio rompiendo alguna sepultura, o bien sobre el tejado, o el peor de los casos sobre alguna persona. En estos supuestos, se pregunta «¿Quién paga eso?». Asimismo, explicó que el tejado se arregló recientemente, con una inversión importante de entre 3.000 y 4.000 euros, por lo que la solución más factible era la retirada del nido, algo que, señaló, con lo que estaban a favor muchos de los vecinos. César Peláez asegura que «no tengo ningún problema con la cigüeña», recalcando que en otras parroquias hay nidos que no se han retirado al no suponer un grave riesgo debido a sus menores dimensiones. Finalmente, apostilló que la retirada del nido se ha realizado en regla, contando con todos los permisos de la Junta de Castilla y León.
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