La avispilla no tocaría al Bierzo si no entran castaños infectados

El jefe del Servicio de Sanidad Forestal yEquilibrios Biológicos del Ministerio de Agricultura, Gerardo Sánchez asegura que, pese a que todas las perspectivas son que la avispilla del castaño toque el Bierzo por estar rodeado de la enfermedad, la comarca pueda librar de la plaga «si se controla la entrada de plantas infectadas».Los movimientos naturales de este insecto «que se desplaza lentamente y le cuesta polinizar» además de su tendencia de viajar al este «nos permite tener esperanzas», dice, de que no llegue a diezmar la producción berciana.

La comarca y la parte extremeña son las únicas zonas españolas sin registro de avispilla en este momento, pero el control de la entrada de plantas es difícil «solo se puede realizar con información», aunque reconoce que no es habitual«porque lasvariedades de esta zona son buenas», justifica. Que el agricultor sea consciente del «peligro» considera que es «llevar mucho ganado». Álvarez reconoce que desde el Ministerio se está estudiando la posibilidad de establecer sueltas del parasitoide Torymus sinensis. Ya se han efectuado, de manera controlada y dentro de un acuerdo con Biodiversidad, en las zonas en las que mayor afluencia de avispilla hay, Galicia y Andalucía en la primavera de este año y se espera que en la próxima, en 2017 se tengan los resultados para valorar si son satisfactorias.

Al tiempo que se esperan esos resultados, asegura Sánchez que se está procediendo a dilucidar las incertidumbres sobre las repercusiones de esas sueltas «un proceso que tardará entre tres y cuatro años», advierte. Por el momento, asegura que se está conociendo la mejor forma de utilizar el parasitoide.En Extremadura, según destaca el presidente de la Asociación de castañicultores de Las Villuercas-Íbore, Efrén Martín, se están estudiando nuevas variedades y la introducción en la fruticultura moderna, con medidas como el riego por goteo. En esta comunidad se está apostando por el castaño en zonas deprimidas de montaña «porque es lo más rentable», dice Martín.

Pero los peligros para los castaños parten también del cambio climático.El naturalista, Joaquín Araujo tiene claro que «el castaño está entre las primeras víctimas» de ese cambio, sobre todo por el acortamiento de la pluviosidad «tendría que irse al norte si pudiera echar a correr», reconoce. Asegura que el castaño«es un eslabón» que aúna cultura y naturaleza y que debe ponerse en valor, como todos los árboles. Según Araujo cada día «perdemos en el planeta 24 millones de árboles» pese a que «el árbol es la formación del planeta»por lo que el camino es acabar con esa merma «no nos podemos permitir ese estúpido lujo» de las talas, dice. Biocastanea es el foro en el que se pone en valor el castaño y continúa estos días con charlas técnicas y feria monográfica.