La venta de las joyas se llevó a cabo por parte de ambos acusados y en diversos establecimientos de compraventa de oro de la capital leonesa.
Los robos habrían empezado a producirse en 2010 y hasta agosto de 2013. Según relata el Ministerio Público, la acusada se apoderó de efectos como colgantes de oros, cadenas con medallas escapulario, sortijas... Estos hechos, concluye el fiscal, son constitutivos de un delito continuado de hurto del que considera autores a ambos acusados, marido y mujer, y por los que pide una pena de prisión de dos años y medio para cada uno, así como el pago de una indemnización conjunta de 1.670 euros, a repartir entre algunas de las personas que fueron objeto de estas sustracciones, algunos de ellos ya fallecidos.
El juicio está señalado para el próximo 16 de noviembre en la sala de lo Penal número 1 de los Juzgados de León.