Giles Tremlett: "Preguntaría a Triana si cree que a estas alturas algún político puede protegerla"

El periodista del diario británico The Guardian ultima un reportaje sobre las diputaciones, Isabel Carrasco y su asesinato

Susana Martín
16/10/2016
 Actualizado a 16/09/2019
El periodista británico Giles Tremlett compró mostajas en el mercado de la plaza Mayor de León. | DANIEL MARTÍN
El periodista británico Giles Tremlett compró mostajas en el mercado de la plaza Mayor de León. | DANIEL MARTÍN
Lleva un año investigando sobre la figura de Isabel Carrasco. No de su asesinato, ni de las diputaciones, ni del juicio que condenó a tres mujeres por el crimen, sino sobre un personaje que en el diario británico The Guardian –para el que trabaja como ‘contributing editor’– han considerado «absolutamente fascinante». El periodista Giles Tremlett (Plymouth, 1962 ), afincado en Madrid desde hace dos décadas, ha vuelto esta semana a León para ‘rematar flecos’ y ponerse al fin a escribir el texto definitivo de un reportaje del que ya tiene varios borradores. Dará mucho que hablar, también en León.

– Un reportaje sobre las diputaciones y sobre Isabel Carrasco para The Guardian. ¿Por qué?
– El personaje de Isabel Carrasco despierta mi interés sobre las diputaciones. Es un suceso tan dramático que valía la pena investigar un poco. Primero entenderlo yo y después tratar de explicar para un público anglosajón mundial por qué puede pasar una cosa así, que una señora de cincuentaytantos años mata a otra de una edad parecida en un puente que parece casi un escenario de teatro, y en el centro de una ciudad tan tranquila, tan apacible como León.

– Qué suerte que a sus jefes les parezca un personaje tan increíble como para permitirle invertir un año en este tema...
– Personajes hay más de uno... Está Isabel, que ya la llamo así porque después de tanto tiempo casi la conozco, y también están Montserrat y Triana, que casi son una única persona, por la compenetración entre madre e hija... Isabel es un personaje muy interesante a muchos niveles...

No creo que el asesinato de Carrasco se celebrara tanto como se ha dicho, pero no he visto un pueblo apenado, ni mucho menos. Con su carácter, lamentos no hubo muchos – ¿Sabía algo de ella antes del crimen?
– Yo la conocía, como casi todo el mundo en España, como la señora de los trece cargos. Pero indagando veo que era una persona de muchísimo carácter, con una interesante trayectoria como mujer política en un mundo de hombres, un personaje que adopta los peores modales de los peores políticos hombres, no sé si porque ella es así o porque ve que es lo que ellos entienden. Es el tipo de personaje que ella misma crea y que le funciona.

– Estuvo en el juicio, ha venido varias veces a León, ha hablado con mucha gente... ¿Qué perfil trazaría de Carrasco?
– Una persona hecha por sí misma, de mucha vitalidad, de mucha mala leche también y con unos modales que parecen los de un cacique de pueblo. Una mujer poderosa, lo suyo es el poder y le gustaba ejercerlo. Tengo la sensación de que dominaba todo en todos los sitios, en las reuniones, en el partido, aunque a lo mejor no tanto en su vida personal...

– Dice que ha escuchado anécdotas «alucinantes» sobre ella... Cuente, cuente.
– El problema de las anécdotas sobre ella es que es un personaje tan enorme, siendo una persona tan pequeñita, que al final de su vida todos los males de la sociedad leonesa se le achacaban a ella... Se exageraba, se creía cada rumor, se inflaba... Me cuesta creerme las mil cosas que me han dicho sobre ella. Lo que más me gusta es su pirotécnica verbal y algunas frases sueltas suyas, que no sé si son realmente suyas, porque aquí todo se exagera, pero era muy basta...

– ¿Le parece entonces que el personaje es más leyenda que otra cosa?
– Toda leyenda tiene una verdad dentro de ella, pero yo no la conocía y me cuesta discernir entre realidad y leyenda...

– ¿Y cómo reacciona la gente de León, los políticos, cuando intenta entrevistarlos un periodista de The Guardian?
– Algunos no quieren hablar, muchos... Me ha costado hablar con políticos, sobre todo del PP. Al final sí que se han prestado Martínez Majo y alguno más, pero no fue fácil, me daban largas. Ya me pasó cuando vine a hacer un reportaje para The Economist. También hay mucha gente que te cuenta mucho, pero no te deja citarlos, como por ejemplo muchos periodistas... Existe un cierto miedo, un temor.

– ¿Cómo explica ese ‘miedo’ a Carrasco que tantos reconocen, si está muerta?
– Lo atribuyo a una cosa cultural, y a lo mejor ofendo a la peña de León... Aquí todavía persiste, y no sólo por ella, una especie de miedo mezclado con resentimiento y con deseo de no remover las cosas para o no salir castigado o poder aprovechar.

Si Triana tenía un amante del PP, por decencia política y ética esa persona se tendría que quitar del medio. Quizá es algo muy anglosajón, allí somos muy duros con eso – ¿Y qué reacciones ha percibido respecto al asesinato? Se ha dicho de todo...
– No creo que se celebrara tanto como se ha dicho, pero no he visto un pueblo apenado, ni mucho menos. Algunos apenados, sí, porque he hablado con amigos de verdad, no de la política, y sus fieles son muy fieles. Pero el pueblo llano creía casi todo lo que se decía de ella. Con ese carácter que tenía, que ofendía con mucha facilidad, lamentos no ha habido muchos.

– ¿A qué atribuye que hayan salido tan pocas voces a honrar su memoria?
– Porque ella pisoteaba a la gente.

– Pero que ni sus íntimos hayan querido hablar públicamente bien de ella...
– Algunos sí lo han hecho, existen.

–  ¿Y dónde estaba la corte que siempre la rodeaba en la misa del primer aniversario de su muerte, en el segundo...?
– Eso es. La corte desapareció... Algunos no sé si ya estaban en la cárcel en ese momento, como Marcos. Hay gente que eran amigos suyos de dentro del partido que están indignados y tienen odio visceral hacia las asesinas, sobre todo en Astorga.

– ¿Qué le ha llamado la atención de lo que destacan de Carrasco en positivo?
– Sus amigos dicen que no era corrupta y que era recta, y que era una máquina de trabajar, capaz, y que no le importó pelearse con los poderes, que era valiente.

– Si hubiera estado viva, ¿cree que Púnica le habría salpicado a ella?
– Yo creo que sí. Pero con todos los cargos que tenía, es casi sorprendente que no haya más ‘chicha’ de corrupción.

– ¿No se investigó porque está muerta?
– Una de dos, o no se ha investigado porque está muerta, o es que estaba limpia.

– ¿Debería investigársele más?
– Si hay algo por esclarecer, sí.

– También le habrán hablado del misterio de la supuesta herencia millonaria. ¿Se van a llegar a conocer las cifras?
– No lo sé. También era inspectora de Hacienda, y si tuviera que esconder algo ilícito, a lo mejor con su inteligencia y su especialidad habría sabido hacerlo mucho mejor que tú o yo. Y eso tampoco quiere decir que lo hizo, porque no hay pruebas.

– ¿No es llamativo que no se haya filtrado el asunto de la herencia?
– Sus peores enemigos son los del partido, y es un hecho que la parte anticarrasquista del PP es la que ahora manda en el PP, ¿ y qué van a conseguir si tiran ahora de la manta, que no sea remover?

Isabel Carrasco es un personaje tan enorme, siendo una persona tan pequeñita, que al final de su vida todos los males de la sociedad leonesa se le achacaban a ella... – Una parte importante de su reportaje tendrá que ver con el asesinato y con el juicio. La gran incógnita es qué va a decidir el Supremo sobre Raquel Gago, la tercera condenada, en libertad bajo fianza y con una condena de 12 años... ¿Qué impresión se lleva del juicio?
– Es un lío enorme. Yo tengo un problema con el sistema del jurado. En la tradición anglosajona funcionan los jurados y funcionan bien. Allí, cuando hay un crimen, la prensa no puede contar apenas nada sobre ello hasta que no haya juicio, para no contaminar al jurado. Allí sólo podemos contar siete detalles sobre un acusado de asesinato hasta que no haya juicio. El problema es que todos los jurados de España llegan contaminados... Me pregunto cuántos del jurado llegaron al juicio con la sentencia ya decidida.

– Como espectador, ¿ve claro si hubo plan a tres bandas o no?
– Todavía tengo dudas. Creo que en algún momento quizá hubo un esbozo de un plan entre madre e hija. Si hubo un plan, fue entre dos.

– ¿Y el papel de Raquel Gago?
– Si yo fuera jurado, no habría dicho que Raquel es culpable, porque no se probó su culpabilidad.

– ¿Y Triana?
– Yo a Triana le hubiera condenado por conspiración, porque en algún momento estaba buscando pistolas, pero es entendible que luego le quitara la idea de la cabeza a su madre. En algún momento se prestó al juego, pero la verdad es que tampoco veo probada la participación de Triana en el crimen. Para taparlo y demás, sí se ha demostrado su culpabilidad, pero en el asesinato... yo ahí tengo dudas.

– De las tres condenadas, ¿cuál le llama más la atención?
– Sobre todo la relación madre-hija, que la madre fuera a vivir con la hija... Parece una relación un poco enfermiza.

– Dice que ha habido gente dentro del PP que le ha hablado de una cierta ‘conspiración’, que quizá no actuaron solas...
– Sí. No que fueron inducidas, pero para muchos de León la única manera de quitarse a la Carrasco de encima era matándola, pero no creo que lo dijesen en serio.

– Para usted, ¿faltan piezas del puzzle?
– Yo creo que sí, y serían responsabilidades políticas, no criminales. Si Triana tenía, como dijo, un amante que es alguien importante del PP de León, por decencia política y ética esa persona se tendría que quitar del medio. Aunque él no tenga nada que ver con lo que pasó, pero su reputación está manchada, por la capacidad de elegir las personas con las que te asocias. Quizá es algo muy anglosajón lo que digo, allí somos muy duros con eso.

– ¿Por qué cree que la defensa de Triana no habló del tema de ese hombre que fue «novio durante años», según ella?
– O porque ella no ha querido, porque quizá ella cree que él le protegerá a ella, o porque es muy fantasiosa y convirtió un ligue de una noche en un romance de años...

– También usted fue a ver al padre de Triana a Gijón. No se supo mucho sobre él, salvo su rápido traslado a Asturias, pero hubo elucubraciones...
– Aquí, donde no hay respuestas hay teoría de conspiración... Siempre habrá dudas sobre todo lo que no se sabe. Yo lo del amante del PP, por ejemplo, si lo cuenta Triana, me lo creo, lo que no sé es qué grado de amante era, si le pagaba la hipoteca o si había más... Si hablara con ella se lo preguntaría, y voy a intentarlo.

– ¿Qué preguntaría a cada una de ellas si logra entrevistarlas para su reportaje?
– A Montserrat, si cree que ha perjudicado la vida de su hija. A Triana, si cree que  a estas alturas alguien de la política le puede proteger. A Raquel, que por qué estuvo tanto tiempo sin contarlo.
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