Feve reitera que acabará la obra en plazo

Los trabajadores creen que aún hay tiempo pero que es necesario aumentar el ritmo

Alfonso Martínez
30/01/2017
 Actualizado a 08/09/2019
La nueva plataforma de Feve ya está adoquinada en las inmediaciones de la estación de Padre Isla, que cuenta además con nuevos andenes. | MAURICIO PEÑA
La nueva plataforma de Feve ya está adoquinada en las inmediaciones de la estación de Padre Isla, que cuenta además con nuevos andenes. | MAURICIO PEÑA
El próximo nueve de abril tendría que estar terminada la integración de la histórica línea de Feve a su paso por la ciudad de León. Y así parece que va a ser. O al lo menos así lo defienden fuentes oficiales de Adif que se limitan a garantizar que la obra se terminará en tiempo y forma. Fue el pasado uno de junio cuando se anunció la reanudación de los trabajos después de año y medio totalmente paralizados por razones técnicas y de seguridad. Y fue el nueve de junio cuando las máquinas volvieron a las inmediaciones de la estación de Matallana, que sigue esperando la llegada de los trenes-tranvía.

Las citadas fuentes rehuyen dar explicación concreta alguna sobre el avance de la obra ni sobre las medidas a adoptar para poder cumplir el plazo de finalización, algo que no parece probable si no se agiliza ritmo de ejecución.

Así lo constatan además los trabajadores de Feve, que cifran en seis el número máximo de operarios que desarrollan actualmente la integración. Concretamente, hay dos que se centran en el adoquinado (hasta el momento se han colocado aproximadamente 2.500 metros cuadrados la estación y el puente de Maristas) y otros cuatro que han ejecutado los cimientos de los nuevos apeaderos y andenes, que sólo están a falta de las baldosas y de las marquesinas superiores. Además, ya se han colocado los postes para la red de alumbrado que discurrirá de forma paralela al nuevo trazado ferroviario de vía estrecha.

Los trabajadores de Feve estiman que hay tiempo suficiente para que las obras puedan estar listas en el plazo comprometido tras la reunión que mantuvieron el pasado mes de junio el alcalde de León, Antonio Silván, y el entonces presidente de Adif, Gonzalo Ferre. Sin embargo, consideran que no es viable cumplir el calendario con el ritmo actual de los trabajos, puesto que hay todavía 1,4 kilómetros de trazado sin adoquinar y no se ha avanzado todavía en la instalación de los sistemas de seguridad y de señalización.

El objetivo es garantizar el buen funcionamiento de los trenes-tranvía una vez que se abra la nueva plataforma entre el apeadero de la Asunción y la estación de Padre Isla. Los convoyes, ya fabricados y custodiados en Valencia, funcionarán como tren en el resto de la línea hasta Cistierna y Guardo como tranvía en el acceso que se está construyendo en el acceso a la capital. En este tramo circularán entre 25 y 30 kilómetros por hora y contarán además con un sistema de frenado rápido y con faldones laterales que impiden que los peatones puedan acabar debajo del vehículo en caso de que se produzca un atropello. A ello se unirá la colocación de semáforos en las intersecciones de la vía con las calles en las que los vehículos podrán pasar de un lado a otro de la misma.

Déficit de personal

Más allá de la obra de integración (arrancó el 18 de septiembre de 2011 y desde entonces se han reducido un 60% los viajeros al pasar de los 329.000 contabilizados en 2010 a los 131.600 del pasado ejercicio, según datos de los sindicatos), Feve atraviesa por una delicada situación en lo que al capítulo de personal se refiere. Durante los últimos meses muchas han sido las ocasiones en las que los trayectos se han cubierto finalmente por autobús por falta de maquinistas. Se anunció en su día que a lo largo de este mes llegarían siete nuevos maquinistas. Serán finalmente seis, pero por ahora se han incorporado únicamente dos (uno en León y otro en Cistierna). Se espera en todo caso que los cuatro restantes lleguen en breve (otro más para León y tres para Cistierna).

A este déficit de maquinistas se ha sumado en los últimos días el problema de las bajas del personal para repostaje y de los turnos de hasta doce horas que hacen los operarios de las estaciones.
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