Caminos y obstáculos para la electrificación del campo

Potencia y autonomía son condiciones esenciales en los vehículos para el trabajo agrícola, que tienen que adaptarse a los nuevos escenarios

D.L. Mirantes
10/01/2019
 Actualizado a 19/09/2019
Imagen tomada del vídeo de demostración del proyecto GridCON, en el que participa John Deere, publicada en el portal especializado Electrive.Net.
Imagen tomada del vídeo de demostración del proyecto GridCON, en el que participa John Deere, publicada en el portal especializado Electrive.Net.
El 29 de enero entrará en vigor la reducción de la velocidad en las carreteras convencionales a 90 kilómetros por hora frente a los 100 actuales. La medida afecta de manera más directa al medio rural por ser este tipo de vías las que vertebran el territorio alejado de las ciudades. Entre los motivos expuestos por el Gobierno para la limitación se encuentran razones medioambientales y energéticas. La transición ecológica afecta directa e intensamente al sector primario, que trabaja directamente en el medio ambiente, aprovecha sus recursos y lo modifica para producir alimentos, como acostumbran a recordar las organizaciones agrarias profesionales siempre que tratan de centrar el debate.

A medidas como la limitación de velocidad en carreteras convencionales se suman anuncios como el de limitar los motores de combustión para el 2040. Anuncios que no llegan, por el momento, acompañado de soluciones reales para toda la maquinaria del sector primario, calificada en muchos casos como "crítica". La "electrificación" plantea todavía importantes desafíos.

La capilaridad, los cables de potencia o la seguridad son temas a desarrollar Pese a los avances en la investigación del tractor eléctrico, el científico leonés del Instituto de Ciencias del Mar, dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (Csic), Antonio Turiel, recuerda que las baterías tendrían que tener una gran autonomía para adaptarse a las necesidades de los agricultores, especialmente para fincas de gran extensión o a distancia de la base.

"El tractor eléctrico no es una opción porque es una máquina de potencia y los usos de potencia degradan las baterías eléctricas. Ese uso haría que la vida útil de la batería, que es el elemento más caro de la maquinaría, se degradaría muy rápido. Además, como necesitas tener suficiente carga sería un peso muerto. La batería de una gran berlina eléctrica es de 300 o 400 kilogramos, si hablamos de un tractor, hablamos de un peso de muerto de una tonelada que hay que mover para trabajar la quinta parte de lo que trabajaría con un depósito de diésel. No tiene sentido", resume Turiel.

En base a lo anterior, el físico leonés asegura que "la electrificación del campo no tiene sentido con vehículos autónomos". Como alternativa apunta que "puede tener sentido con vehículos conectados con un cable, pero esto plantea otro tipo de problemas como puntos de aprovisionamiento cercano, cables de potencia, que el trabajo no comprometa la integridad un cable de 10 kilowatios o más, que puede ser muy peligroso, etcétera".

Con cable

Las empresas del sector ya son conscientes de estos desafíos. El proyecto conjunto GridCON investiga el desarrollo de máquinas móviles y autónomas guiadas por cable. En él participan el Centro Europeo de Innovación y Tecnología de John Deere, la Cátedra de Sistemas de Control de la Universidad de Kaiserslautern y Baum Consult.

Recientemente han presentado un prototipo de tractor agrícola sin cabina, ni depósito, ni batería (puedes ver el vídeo aquí). El vehículo tiene 100 kW de potencia y se alimenta a través de un cable de un kilómetro —adaptable— con electricidad en corriente continua a un voltaje de unos 6.000 V que se transforma en 700 V. El tractor cuenta con sistemas para evitar el corte del cable a, través del giro del brazo portante y el enrollado, y cuenta con capacidad para seguir las instrucciones de drones que previamente mapean el terreno para diseñar el trabajo. Además, el tractor cuenta con un mando para su teleguiado.

En la base de este proyecto se encuentra la utilización de las energías renovables, que permitirían alimentar este prototipo 100% eléctrico con la electricidad producida en la propia explotación.

En este sentido, el propio Turiel reconoce que la electrificación del campo «puede tener sentido con vehículos conectados con un cable». Sin embargo, el científico recuerda que "esto plantea otro tipo de problemas como puntos de aprovisionamiento cercano, el trabajo con cables de potencia, que las labores no comprometan la integridad un cable, por ejemplo, de 10 kilowatios, o la capilaridad".

Con todo ello, por el momento es difícil vislumbrar cómo será el trabajo agrícola en las próximas décadas, pero todo apunta a que se esperan grandes transformaciones, al menos en la maquinaria.
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