"Al menos se escucharon el ramo y la dulzaina, sí parecía el Voto"

Laguna de Negrillos vivió un año más una inusual fiesta del Voto en honor a la Virgen del Arrabal aunque esta vez sí pudieron acudir a la iglesia y ver a los danzantes

T.G.
29/04/2021
 Actualizado a 29/04/2021
La Virgen del Arrabal en la Iglesia de San Juan Bautista el domingo. | L.N.C.
La Virgen del Arrabal en la Iglesia de San Juan Bautista el domingo. | L.N.C.
Hace un año, en el Páramo las procesiones del Voto iban por dentro. Los danzantes de Laguna de Negrillos no pudieron vestir sus faldas almidonadas y lo único que retumbaba en las calles era el silencio del confinamiento, un sonido muy distinto al tañido de las castañuelas, al ritmo del redoblante y al de la alegre dulzaina. A la Virgen del Arrabal se la rezaba desde casa y el jolgorio habitual de la celebración quedaba a la espera del próximo abril. Ese próximo abril llegó y aunque la fiesta del Voto no ha podido ser lo que siempre fue, al menos los vecinos han agradecido, en la distancia y con mascarillas, el haber podido disfrutar de manera simbólica de una de sus tradiciones más queridas como es el canto del ramo a la Virgen del Arrabal. «Al menos se escucharon el ramo y la dulzaina, sí parecía que era el Voto», reconoce Manolo González, uno de los guardianes de las tradiciones de esta localidad paramesa encargado del ensayo de los danzantes.

La pandemia del coronavirus ha obligado este año a adaptar la tradición de tal modo que la novena a la Virgen se desarrolló en la Iglesia de San Juan por ser más amplia y no en su ‘casa’, en la Iglesia de Abajo donde siempre acostumbra a ser la celebración. De este modo respetaron las distancias en las celebraciones religiosas y cumplieron con el aforo. El domingo por la tarde, además, ocho danzantes se ataviaron con el mantón, las castañuelas y las mascarillas, pero no bailaron a la Virgen del Arrabal ni vistieron sus tradicionales faldas almidonadas. Lo que hicieron fue tocar las castañuelas sin moverse mientras sonaba la dulzaina y el tamboril para recordar ese momento en el que la Virgen del Arrabal hubiera salido a las calles de Laguna de Negrillos en procesión con el ramo de roscas, que este año sí elaboraron para lucirlo dentro de la Iglesia. «No se pudo hacer más, pero algo es algo», comentan en esta localidad paramesa que, aunque con poca afluencia y poco ambiente, no olvidó la fiesta del Voto que vivieron igualmente con emoción. Por segundo año consecutivo en Laguna de Negrillos vuelven a esperar el próximo abril con la esperanza de que sea el definitivo en el que las fiestas del Voto puedan volver a ser lo que fueron antes de la pandemia, las que viven con las puertas abiertas y a las que siempre vuelven los hijos del pueblo.
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