Se abre el debate y ya adelanto que hoy no voy a dar la solución, que cada cual responda con lo que le de la gana a la larga serie de preguntas que te estás haciendo: ¿Qué? ¿cuándo? ¿dónde? ¿qué hace? ¿en qué participa?... y, sobre todo, ¿quién?
Ese quién que a veces nos corroe con la insistencia en la respuesta y estos días ha convertido a una víctima en una crueldad, en una falta de cercanía con el que sufre que nos hace más raros, más malos, más buitres, más despreciables, más tremendos, menos humanos...
No es el caso, no hay nada detrás de esta cara más que lo que le quieras poner: belleza, tranquilidad, enigma...
¿Qué más da?
Lo que es una evidencia es que te has detenido en este rincón de salida del periódico de hoy, que estás mirando la fotografía, que piensas en tantas cosas que te sugiere... el bueno de Mauri ha vuelto a hacer pleno y debajo del velo y en la serenidad del rostro ha compuesto una imagen ante la que nos vas a pasar la página. Tal vez no hayas llegado leyendo hasta aquí. Tal vez ni siquiera has comenzado a leer estas palabras que permiten a la foto llegar hasta el final de la página.
No pasa nada. No hace falta. Hoy menos que nunca. Pero no me insistas en el quién, que el ‘pasatiempos’ de hoy no tiene solución. Por suerte.
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