Mundos de luces y metales

12/10/2016
 Actualizado a 05/09/2019
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Dibujan el cambio de los tiempos. Han aparcado las romerías de acordeón, los templetes de tablas, la caja del tractor o, en el mejor de los casos, la del camión. Pero el camión de las patatas o las pacas de hierba, el camión de llevar las ovejas a Extremadura...

Y llegaron los camiones espectáculo, las luces y los vatios, los sonidos y las cantantes que saltan de la orquesta a Operación Triunfo o La Voz.

Su calendario dice que ya no tienen fechas libres en todo el verano desde varios meses antes. Su vida dice que cada noche es un nuevo concierto ante miles de personas, que muy pocos cantantes congregan a tantos espectadores. Es otro de los cambios de los tiempos que dibujan. La gente se pasa horas y horas mirando a la orquesta, a su show, para los cantantes y las imágenes, para las luces cegadoras, para el sonido que inunda... Ya no es el baile el rey de la verbena como en aquellos tiempos de recordadas orquestas de baile, desaxo y metal.

Las fiestas se miden por la orquesta. Se saben los nombres de los cantantes, se recuerdan los tiempos en los que Rut Marcos pasó por la San Francisco, se sabe que llegó Leticia Riesco y también se hizo con un nombre y unos fieles. De todas las edades.

Son todo un mundo. De luces, hasta el punto que en un amanecer de verbena, al final de la orquesta, el paisano que no se separó de la primera fila les confesó:« Si no sois un platillo volante no entendí nada»
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