Las bicicletas calendario

Fulgencio Fernández y Mauricio Peña
26/04/2023
 Actualizado a 26/04/2023
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La bicicleta era cosa de obreros y de Bahamontes. O Senén Blanco, para la cosa local. La bicicleta llevaba mineros al tajo, maestros a la escuela, agricultores a regar, ganaderos a segar... y, después de comer, la radio daba cuenta de cómo Bahamontes surcaba montañas en Francia y hasta decían que se había parado en el alto de algún puerto a comer el bocadillo para esperar a los rivales pues los ciclistas españoles, decía la leyenda, sabían subir pero no bajar. Porque nuestros ciclistas, aquellos ciclistas, no eran hijos de rodar por las carreteras sino de subir cuestas para ir a trabajar.

Con el tiempo Bahamontes aclaró que no iba a esperar a ningún francés en el alto de ningún puerto, que la cima para el que la trabaja. Y el descenso para los belgas.

Ningún padre en su sano juicio te dejaba ‘gastar’ las ruedas de la bicicleta en dar paseos, pero tampoco nadie andaba por la calle con un perro sujeto de un collar.

En el portabultos de la bicicleta viajaba el paso del tiempo. Hoy, un sábado o un domingo sobre todo, la carretera es de las bicicletas, del amanecer al oscurecer, con toda la razón del mundo. Y lo que no sudan segando lo sudan pedaleando, hasta la extenuación, hasta el punto de aprovechar cualquier parada para echar una necesaria siesta.

Que el cuerpo siempre pide explicaciones. Antes de lo lejos que estaba el tajo de la mina, ahora de para qué ‘aceleras’ si nadie te mete prisas.
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