El Cuadrao, un paisano

10/04/2023
 Actualizado a 10/04/2023
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Si en el bar escuchabas una carcajada sincera y nada agresiva cuando hacía las últimas con el cuatro de copas... era de El Cuadrao de Gete, a la sazón Vitorino de la Puente, de título nobiliario Campeón de España de bolos.

Si en cualquier bolera del último pueblo, de barro y piedras, veías volar una bola alta y lucida, que caía en su sitio y caminaba hacia ‘el ahorcao’ sobre los hoyos entre los comentarios admirados de quienes veían la partida... era de El Cuadrao de Gete.

Si en el bar alguien leía el periódico en voz alta, con comentarios en femenino —«La Ronalda no mete ni un gol desde noviembre, pone aquí»— para provocar la conversación con algún madridista... era El Cuadrao de Gete, que cerraba la disputa con una carcajada, aunque no había disputa pues nadie dudaba que jamás hubo maldad en sus bromas.

Si al salir del cruce de Getino se te ponía una furgoneta blanca delante —La Cauve— lo mejor es desistir de adelantarla, va a su paso, tranquilamente, o vuelve de echar de comer a las gallinas y camina hacia El Capitol a jugar la partida. Era la de El Cuadrao.

- ¿No puedes ir más rápido Cuadrao?
- Tan lento no iría si no me adelantaste; tenía salida para todo.

Si querías tener una conversación con un paisano de verdad, de los que se acordaban de todo, de sus años en la mina, otros muchos de tratante, amigo de los suyos, serio en el trato, enemigo del engaño y un pozo de anécdotas sin fin... ahí estaba El Cuadrao.

Las partidas en El Capitol nunca serán lo mismo. En los concursos de bolos faltará el eterno campeón, el concurso comarcal —su invento—será una especie de velatorio en su memoria... Adiós paisano.
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