A la Caza de "El Girón"

Pedro Villanueva
17/01/2023
 Actualizado a 17/01/2023
Parte del croquis original del "soplón" para dar caza al huido con su recorrido.
Parte del croquis original del "soplón" para dar caza al huido con su recorrido.
Qué les parece si viajamos a ritmo de bolero a enero de 1945. En plena saca franquista, eran muchos los condenados a prisión, fusilados contra el paredón o muertos a garrote vil; y ser huido, por tierras del Bierzo y zonas limítrofes, era toda una odisea. En ello te iba el pellejo.

Antes del mal llamado ‘Alzamiento Nacional’ por los vencedores franquistas, Girón, estaba considerado por estos, como un extremista de ideología Socialista, más cercano a los comunistas que con aquellos; peligroso y delincuente habitual. Iniciado el golpe militar contra la República, huye a Asturias y al derrumbarse el Frente Norte, vuelve a su tierra, formando una partida y comienza así su actuación por la Cabrera.

Soplones siempre hubo y habrá: personas que acusan o delatan a alguien o informan de forma secreta acerca de algo. Algunos lo eran para medrar, otros por presiones difíciles de evitar, una de las más utilizadas, la amenaza sobre familiares detenidos en cárceles de la dictadura y a las puertas de la ejecución; estarán de acuerdo conmigo que el más odioso es el primero, ese que por envidias o deudas pasadas «chivaba» incluso falsamente, sobre un vecino o familiar. Fueron muchos soplones los que informaban sobre Girón y su partida en el Bierzo, vecinos de su tierra, antiguos amigos (entre comillas) y también camaradas de armas pasados al bando franquista.

En ese enero de 1945 que anticipaba al inicio de este artículo, un delator, leal al bando vencedor, contaba a estos lo que andaba haciendo Girón por su pueblo natal, Los Barrios de Salas: «Con gran frecuencia acude a casa de Alida, viuda del huido ‘Losada’ e incluso hace vida marital con ella, con la cual piensa casarse cuando vuelva la normalidad».
Los perseguidores de Girón sabían que Alida era viuda del huído ’Losada’, muerto con anterioridad durante un enfrentamiento con la Guardia Civil; sabían dónde estaba su casa y la de sus familiares. Sabían que la vivienda tenía tres puertas, dos a cada una de las calles que la rodeaban, y la tercera daba a la huerta, puerta por la que accedía Girón después de rodear la iglesia del pueblo que tan bien conocía, y saltar por encima de la bodega llamada ‘El Cabildo’. De ello nos queda el croquis original del soplón.

El chivato menciona la intención de Girón de casarse con Alida cuando vuelva la normalidad ¿Tal vez aún soñara el guerrillero berciano con una victoria sobre los franquistas? ¿O en su utopía, creía estar luchando por fines justos, que algún día serían reconocidos, y dejarían de perseguirle?Promesas de papel con olor a pólvora, o quizá una farsa para levantar odios y mala prensa hacia el huído.

¿Qué les parece si novelamos lo que pudo suceder ese día? Ese día en el que el Girón volvió a escapar de sus perseguidores.

Como en tantas otras ocasiones, esa noche de enero, Girón entra en su pueblo atento a cualquier señal; agudizando los sentidos.

Aunque distante aún de la casa de Alida, sobre el techo de la bodega, escucha una voz femenina cantando una melodía que llega apagada entre la niebla a sus oídos. Es un bolero titulado ‘Fatalidad’ de Julio Jaramillo: Fatalidad signo cruel que en mi rodar se llevó/ El más valioso joyel que tú querer me brindó/ El calor permanente de un cariño/ Que ávido como un niño de ti tanto esperé.

No lo duda un instante. Da marcha atrás, salta del tejado y huye monte abajo sin mirar atrás-como en otras tantas ocasiones- la letra del bolero es voz de alarma, un aviso para el que viene oculto en la noche, una señal de peligro que no debe ignorar; un pacto partisano, un juramento entre iguales y de respeto.

Después de salir escaldado nuevamente, Girón, alimenta su odio por los que lo separan de lo que más quiere: la gente de su tierra; y meses después de la huida, se acusa a Girón y a su partida de atracar dos autobuses y herir a doce viajeros, cerca del Gudiñal (Orense) ¿Qué hay de cierto en estas informaciones? ¿es realmente Girón un bandolero?

Episodios como el del atraco de los autobuses, son los que alimentan la controversia sobre él; por un lado, están los que lo catalogan como un guerrillero antifranquista, por otro, los que lo acusan de ser un simple delincuente, un bandolero. Si somos objetivos: Girón tenía una ideología clara, y se puso del lado de quienes defendía sin dudarlo, fue uno de los perdedores de la Guerra Civil, y pagó por ello con los años que se vio abocado a huir y permanecer escondido de cueva en cueva (como en la de Ferradillo); por supuesto cometería errores, y más en plena necesidad, pasando hambre y frío, en un país en el que las esperanzas de recuperar la República parecían cada vez más alejadas, y donde las traiciones se multiplicaban por diez a cada día.

Del atraco a los autobuses, hay testimonios que localizan a Girón y su partida, subiendo a un tren rápido en Escairón (Lugo) y bajando en Brañuelas (León) en esas mismas fechas, luego es muy probable que cometiesen el atraco a los dos autobuses.

Y es que Girón, a veces fue Liberal, porque repartía propaganda del presidente americano Rooselvelt, contra los nazis. Otras, la mayoría, fue maqui, y la necesidad y la mala fortuna le hizo ser también bandolero; como tantos otros fueron de todo en la Dictadura.

Dos palabras definen al guerrillero bandolero: Izquierdas y Resiliencia. Dos heridas que en aquellos años acabaron con su vida, pero no con su fama.
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