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Maradona y lo urgente, Letizia y lo importante

13/03/2016
 Actualizado a 18/09/2019
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La incertidumbre de gobierno se prolonga tanto que va a dar tiempo a que se editen libros de autoayuda para el votante. La pérdida de confianza en la clase política deriva en trastornos de la personalidad contribuyente y la inestabilidad institucional genera cuadros de ansiedad social. Por lo general, los libros de autoayuda suelen tratar la ausencia de autoestima del lector, y los libros que no son de autoayuda suelen tratar el exceso de autoestima del autor. Cuando se aborda la autoayuda, uno de los capítulos fijos es saber diferenciar entre lo urgente y lo importante, una lección que nos deberían dar a todos desde Barrio Sésamo en lugar de lo que es lejos y lo que es cerca, ahora que ya no hay distancias. A todos, incluidos los ministros interinos que el pasado viernes aprobaron en su consejo desarrollar los regadíos del pantano de Riaño «con carácter urgente». Si el AVE llegó a León con dos minutos y 23 años de retraso, a los regantes de Riaño les va a llegar el agua 30 años después de que se anegara el que, dicen, era uno de los valles más hermosos de la provincia. Así aprenderán a diferenciar entre lo urgente y lo importante. La sentencia a muerte de cualquier conflicto se firma justo en el momento en que se convierte en arma arrojadiza entre los políticos.Si entras en su debate, estás entrando también en tu fase terminal, porque todas las soluciones que aportan son tratamientos paliativos. Tu historia pasa entonces a ser una versión del cuento de los enanitos, uno que hace, otro que deshace, el otro que dice, el otro que contradice, pero suele terminar en versión de película apocalíptica, con zombies paseándose solitarios por cuencas mineras y pueblos abandonados. Ocurrió conRiaño, ese proyecto que arrancó en la dictadura y se ejecutó en la democracia para enseñarnos que no todaslas chaquetas de pana de coderas eran tan enrolladas: se argumentó en que iba a borrar del mapa una comarca para llevar riqueza a otras en las que, ahora que nos entra la urgencia, ya casi no queda gente. Ocurrió también con la minería, condenada por el PSOE, machacada por el PP, desorientada por la izquierda ecologista y despreciada por los emergentes. A estas alturas, entre todos ya no se ponen de acuerdo ni siquiera para organizar un funeral digno. Ocurre ahora lo mismo con el sector lácteo, que supongo ya cadáver al ver últimamente a los políticos visitar cuadras y a los sindicalistas opinar sobre el precio de la hierba que ellos nunca segaron. Dan ganas de rogarles que no hablen nunca de uno, porque lo suyo, en vez de discursos, están empezando a parecer torpes pésames. Pero siempre hay razones para la esperanza: con la incertidumbre de gobierno, se les escucha mucho hablar de sí mismos.El votante que se atreve a confesar cómo se siente intenta no perder las formas (podría decir, por ejemplo, lo que aprende la realeza: «lo demás, merde»), aunque, en la terapia del bar, no encuentra mejor forma de definir su estado anímico que citar a Diego Armando Maradona cuando era seleccionador de Argentina y consiguió la clasificación para el Mundial.
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