León, demografía e hipernodos

31 de Octubre de 2019
La concentración de la población en las ciudades atraviesa una nueva etapa. En un primer momento los pueblos fueron perdiendo habitantes, que se trasladaban hacia las urbes cercanas. En la etapa actual, cuando las zonas rurales han perdido vitalidad, la demografía se reconfigura nuevamente con la formación de megalópolis.

A estas grandes aglomeraciones de carácter suprarregional, que engloban ciudades unidas por zonas densamente pobladas, las denomino hipernodos. En la Península Ibérica existen 5 formados ya, o en formación: Madrid, Barcelona, Lisboa, Oporto y Valencia. Entre todos ellos acumulan el 36% de los 57 millones de habitantes ibéricos. Estos son los centros de atracción que hacen perder población a tanto a León y a Ponferrada, nuestras ciudades, como a La Coruña, Cádiz, Albacete o Badajoz.

Este fin de semana exponía en un foro la conveniencia de desplegar estrategias defensivas para mantener población y actividad en el noroeste ibérico. Se trata de un espacio apoyado en una red de numerosos nodos pequeños de diferente tamaño, como La Bañeza, Ponferrada, Braganza o Vila Real. En esa arquitectura poblacional, por encima, están los supernodos de carácter regional, que en el noroeste son 11: el área central de Asturias, Braga, Vigo/Pontevedra, La Coruña, Valladolid, León, Salamanca, Ferrol, Santiago, Coimbra y Orense. Todos ellos están perdiendo población. En la cúspide jerárquica de esta estructura urbana queda el hipernodo de Oporto, la única entidad que crece. Estas 12 aglomeraciones suman 6.8 millones de habitantes de los 10 escasos que viven en el noroeste ibérico.

El futuro del noroeste puede pasar por ceder la población a los hipernodos y despoblarse, o bien por desplegar estrategias que contrarresten la tendencia. Es preferible que quien quiera pueda elegir quedarse aquí. La líneas clave para lograrlo son cinco: la buena conexión de nuestros supernodos con las 5 megalópolis para facilitar el retorno de personas y actividades; la interconexión de nuestros supernodos para que trabajen en red dentro del noroeste; favorecer las dinámicas de competición entre nuestros supernodos, que tan buen resultado han dado en las áreas vasco-cántabra-riojana-Navarra y alicantino-murciana-malagueña; mejorar la comunicación de cercanías en el entorno de los nodos y supernodos para aumentar la conurbación. La última es eliminar los espacios aislados en el noroeste, que son muchos y actúan como barreras y debilitadores del resto del sistema comunicándolos. Un caso evidente de esta ultraperificidad es el de La Cabrera.

Pero me pregunto ¿Son la Xunta y la Junta favorecedoras de estas dinámicas?