¿Perreará de postre?

Cuando un vecino me metía un mamporro, por robaperas cuando menos, el argumento de mi indignada madre siempre era el mismo: «A mi hijo lo pego yo», y como había motivos para ello pues cumplía su promesa. Y así es como cobraba dos veces. (Cuando el que me había dado el coscorrón era el maestro no hacía falta ni argumento para el doblete»).

Cuando Zapatero llegó a los cielos de la política rápidamente dijo Tacho: «¿Pero en qué manos estamos? Si a éste le levantaba yo la pasta al julepe». Y Ventura, que tambiénera afín a la causa, recordó al verle la cara: «¡Ostia! a éste le eché un día de un prado, que se puso a merendar en primavera con la hierba ya crecida. Me dijo que era zapatero y lemandé a abrir la tienda».

Y cuando se empeñó en hacernos una Feria Internacional del Libro Juvenil en León se desplegaron todas las fuerzas ocultas y visibles para ver si fracasaba en la segunda edición mejor que en la tercera. No quedaron muy a gusto, fue en la tercera.

Cuando cuentan en el bar que hay uno del Curueño que es un catedrático eminentemente siempre hay alguno con la maliciosa pregunta que parece blanca: «¿Ése no es uno que venía a la fiesta en bicicleta?». Y ahí se detiene la conversación.

Dicen estos días los periódicos que Silván igual es presidente de la Junta y me acuerdo de verlo en los partidos de la Cultural allí sentado y, como decía Sidoro de Joaquín Rodríguez cuando se enteró que tenía cargo: «Pues parecía una persona».

Por eso creo que hay que empezar a movilizarse. A ver si van a hacerlo presidente de la Junta y, siendo de León, vamos a dejar que lo echen los de Burgos o Valladolid, muy pocos guevostendríamos que tener los de León.

Yo, de momento, en el partido del domingo de la Cultu ya voy a empezar a hablar mal de él. A ver qué digo. Tengo que avionar por ahí a ver que tal juega al mus, porque como no perree bien la chica de postre os digo una cosa, no vale para presidente. Sin ir más lejos, que hay que volver, Don Juli tuvo que aprender para ser Obispo. Aviso.