¿Formigueo o torismo?

Ya estamos otra vez con la furfuga de silos que han crecido por las calles del pueblo sin que nadie los sembrara ni los regara son turismo rural, veraneantes de la limonada, agentes encubiertos de Trum, montañeros sin fronteras o los de toda la vida de dios que vienen a abrir las ventanas para que se oree la casa aprovechando que sale el sol por Genicera.

El caso es que la calle es un formigueo de gente y los de los bares ya te empiezan a tratar de usted, que es el primer paso para echarte a dormir cuando se les antoja con aquella expresión de «esta gente tendrá que acostarse».

Esto lo teníamossolucionado en los tiempos de Quintín –aquel Juez de Paz que sentó jurisprudencia nacional con la tesis de «si la puta casualidad valiera»– que siempre se sentaba de espaldas a la puerta y cuando veía que todos los mastines que no ladran pero vigilan se quedaban mirando para la puerta comosi les hubieran fijado los ojos con súper glue dictaba sentencia: «Torismo ordinario».

Y es que en realidad la mayoría de los que volvieron a procesionar son los mismos que marcharon en el turno del Pilar. Es decir, los jubilados que tienen piso enSan Mamés o en Avilés, pero nada que ver con aquel turismo de Rocasolanos que venían de Oviedo cuando se ataban las vacas con longaniza, porque los perros la comían.

Y así es como se entabla la conversación lugareño-torismo ordinario. Si el torista es consciente de que es el mismo que marchó por el Pilar va al grano, como hacía Arselí, que como el padre de un colega andaba pachucho pues fue y le espetó: «¿Entonces tu padre, palmolas o no palmolas?». Y cuando ve que le miran pues se explica: «No es que yo quiera que palme, pero ¿palmó o no?».

Casi mejor que esos que miran al tío google antes de entrar al baño de limonada y preguntan por «aquel proyecto de retonda en la interacción», que nunca falta el cabrón que le explica: «El de la interacción está parado, pero en la intersección creo que van a hacer una».

– ¿Hace una limonada casera?