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Cuán largo me lo fiais

26/04/2017
 Actualizado a 13/09/2019
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«Cuán largo me lo fiais, siendo tan breve el cobrarse». Esta cita, que Tirso de Molina pone en boca de Don Juan Tenorio, en su ‘Burlador de Sevilla’, manifiesta la urgencia en el pago de las deudas. Con los siglos se ha convertido en una expresión para protestar contra los largos plazos y también contra el tiempo prolongado para la consecución de un objetivo.

«Cuán largo me lo fiais» expresa a la perfección la realidad de estos tiempos urgidos por las prisas, por la falta de paciencia. Nos falta la paciencia y nos sobran las prisas, estamos obcecados por lo inmediato, incluso lo instantáneo y perdemos el sentido de un proyecto a largo. Aborrecemos de todo aquello que requiera de nuestra atención y de nuestro trabajo durante un tiempo que exceda lo ipso facto. En el acto, lo queremos todo. En mi humilde opinión, esta raquítica actitud para empeñarnos en algo es perniciosa para nuestra salud y jibariza nuestra capacidad de superarnos. Todo a corto plazo, con las anteojeras como burros puestas sólo en lo siguiente, en todos los ámbitos de la sociedad. También los políticos tienen falta de miras, nos faltan estadistas. Pero dejémosles ahora, volvamos a nosotros.

Son los proyectos a largo plazo, aquellos que requieren de nuestra atención y dedicación durante un periodo de meses, de años, los que nos permiten desarrollar virtudes valiosísimas para la vida. Dotarnos, aunque sea en precario, de cierto equilibrio y estabilidad en este fluir incesante que es la vida. Poder elevarnos, aunque sea un poco, por encima de la fugacidad de los acontecimientos. Pensar, tener un plan, ver más allá, situar cada acontecer dentro de una estrategia, aprender a resolver los contratiempos que nos sobrevienen, adaptarnos y adaptarlos, aprovecharlos, convirtiéndolos en oportunidades. Forjarnos el carácter, enraizado y no al albur de cualquier brisa como lo están los dientes de león. Crecer en templanza y en tenacidad.

Sí, es cierto, como dice El Cholo, que hay que ir partido a partido, pero detrás de esta táctica, hay una estrategia, un objetivo superior: ganar la ‘Champions’. Así, con proyectos que van más allá de saciar la sed de lo inmediato, los equipos y las personas nos hacemos grandes.

Y la semana que viene, hablaremos de León.
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