18/05/2016
 Actualizado a 18/09/2019
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Antonio Trobajo nació en Puente de Alba –un pueblín del municipio de La Robla, en la montaña central leonesa– hace casi setenta y tres años… aunque parece que tiene unos cuantos menos; y en 1966 fue ordenado sacerdote por el entonces obispo legionense, el recordado Luis Almarcha.

Celebra este año, pues, sus bodas de oro sacerdotales –cantó misa el 12 de junio– y, precisamente por ello, mañana será homenajeado por la diócesis de León junto a otros sacerdotes que también cumplen sus cincuenta y veinticinco primeros años de ministerio; un merecido reconocimiento.

Antonio Trobajo es hoy, entre otras cosas, vicario episcopal de Relaciones Públicas y deán de la catedral; pero, si echas la vista atrás, quizás lo recuerdes –por poner algún ejemplo– como rector del Seminario Mayor, en donde hoy sigue dando clase; profesor de religión en el instituto Juan del Enzina de la capital; vicario general de la diócesis; o delegado del obispo –en tiempos que no fueron fáciles–, al frente de la Junta Mayor de la Semana Santa leonesa.

Trobajo es un comunicador nato. Ya sea en una homilía, en un pregón, en un artículo o, simplemente, charlando un rato con él, te ‘enganchas’ rápidamente a sus palabras. Sabe ‘llegar’ a ti como pocos, se expresa con gran claridad –y perspicacia, que siempre se agradece– y consigue que comprendas su mensaje con asombrosa facilidad. Fíjate cada domingo, si no, en su columna en estas mismas páginas… Una delicia, ¿a que sí?

Además, hace que te sientas bien. No me preguntes cómo, pero transmite serenidad y confianza y, de alguna forma, te ayuda a ver las cosas de otra manera.

Pero, sobre todo, Antonio Trobajo es un buen paisano. Un hombre razonable, dialogante, cercano. Y siempre dispuesto a echar una mano, sin más pretensión que ‘servir’ a los demás. Amar al prójimo, claro. La Iglesia necesita curas capaces de avivar la fe en una sociedad que parece mirar cada vez más hacia otro lado; y Trobajo lo lleva haciendo cincuenta años. Mañana, además de felicitarle, es buen momento para agradecerle también su labor durante este medio siglo. Motivos no faltan…
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