Abanca Ademar 28 - Anaitasuna 26: 'Victoria en la rebelión de los secundarios'

David y Rodrigo dan el triunfo al equipo leonés en un final de infarto tras ponerse a uno a falta de tres minutos un conjunto navarro que llegó a estar seis abajo / Simonet, el mejor

Jesús Coca Aguilera
08/03/2017
 Actualizado a 19/09/2019
David Fernández, que fue decisivo, lanza en el choque frente al Anaitasuna. | MAURICIO PEÑA
David Fernández, que fue decisivo, lanza en el choque frente al Anaitasuna. | MAURICIO PEÑA
Quedan tres minutos para el final y el partido está completamente abierto. El Abanca Ademar, que ha llegado a estar seis arriba en una primera mitad en la que ha bordado el juego de ataque, se ha atascado y estrellado contra Nordlander en la segunda, y llega con sólo un gol de ventaja (26-25) y un jugador menos en pista.

Anaitasuna, que por momentos parecía sobrevivir sólo a base de cañonazos de Mikel Aguirrezabalaga, extraordinario con ocho tantos en su vuelta a León, está muy vivo y con todas opciones de apretar. Pero aparecen los protagonistas más inesperados.

Si en Puente Genil el sábado Leo Santos había sido el héroe con el que nadie contaba, esta vez tampoco es uno de los ‘primeros espadas’ quien decide el triunfo. No ha sido el día de Costoya ni Vieyra, muy desacertados y que clavan igual porcentaje de un gol de cuatro intentos, y a Guijosa no le tiembla el pulso  para jugarse los puntos en el momento de la verdad con David Fernández y Rodrigo acompañando a un extraordinario Sebastián Simonet.

Y es que el argentino ha estado soberbio. Dirigiendo, defendiendo y por segundo encuentro seguido asumiendo también más responsabilidades de las normales en el lanzamiento, hasta el punto de ser con siete goles el máximo artillero ademarista. Pero él no lo puede hacer todo y la defensa navarra, cuyo 6-0 empezó haciendo aguas y acabó siendo una muralla liderada por Bazán, le presta especial atención.

Con 26-25 decidieron un gol de David, una falta en ataque forzada por Jaime y otro tanto a solo 15 segundos de Rodrigo Pero aparece David Fernández. El espigado lateral, que ya había jugado toda la primera parte en ataque, no lleva ningún tanto. Ha hecho un buen encuentro, con excelentes pases convertidos en asistencia de gol, pero ha errado los dos lanzamientos que ha intentado. Mas no le tiembla el pulso. Busca la penetración, se la juega y bate a Nordlander.

27-25. Toca defender. Y ahí aparece otro de los no titulares: Jaime Fernández. En su caso, su presencia no responde a que su compañero de posición no tenga el día. Juanín ha estado bien en la primera parte, pero el gran rendimiento de su joven sustituto, que marcó tres goles en tres lanzamientos, ha hecho que no haya vuelto a la pista. Estuvo acertado en ataque, pero fue decisivo en defensa. Porque valiente, forzó la falta en ataque de un errático Oswaldo cuando Anaitasuna atacaba en superioridad.

El choque no está cerrado, pero sí se ha salvado una situación límite. Sin embargo, aún hay que sufrir. Porque con los visitantes defendiendo en 4-2, David encuentra a Rodrigo, pero éste no acierta, y a falta de 45 segundos Chocarro vuelve a reducir la diferencia a solo un gol (27-26) al completar un fly.

El Ademar bordó el ataque en la primera mitad, con Simonet y los extremos protagonistas, pero se  atascó en la segunda Guijosa pide tiempo muerto. Hay que meter y dejar pasar el máximo tiempo posible. Y ambas premisas se cumplen. Porque Rodrigo, que había entrado por primera vez en pista a falta de sólo 10 minutos con Anaitasuna a uno, y ya ha marcado otro gol, se cuela entre la defensa y supera a Nordlander.

El triunfo es para el Abanca Ademar. 28-26 y una nueva victoria en casa para un equipo que lleva once de once ante su público. Es la rebelión de los secundarios. La confirmación de que los complementos no sólo ayudan, sino que deciden partidos. El salto adelante de una plantilla en la que cualquiera puede asumir la responsabilidad en los momentos de la verdad.

Final feliz para un choque que, durante muchos momentos, parecía destinado a tener un desenlace más tranquilo. Porque en la primera parte el ataque del Abanca Ademar rozó la perfección e hizo brecha. Jugando en estático con los extremos, donde Mario volvía a rayar a gran nivel y Juanín tenía una gran efectividad tuviera o no ángulo a la hora de lanzar, la ‘orquesta’ dirigida por Simonet rendía de maravilla y hacía que en el minuto 24 la distancia fuera ya de seis (15-9) pese a que de nuevo la portería no tenía su mejor día.

Pero Anaitasuna no se rindió. Con un parcial de 0-4 volvió al choque, se fue sólo tres abajo (17-14) al descanso e hizo la goma en la segunda mitad para no irse nunca por debajo de los cuatro goles y estar siempre en torno a los dos o tres que les mantenían vivos.

El Anaitasuna, al que Mikel sostuvo muchos minutos y Nordlander metió en partido, se puso a 1 (23-22) a 12 minutos El partido se volvía loco. Las pérdidas en uno y otro lado se sucedían. Y casi sin preverlo, a falta de 12 minutos Oswaldo completaba un parcial de 0-3 que les ponía a uno (23-22) por primera vez desde el 5-4.

Había que mantener la cabeza fría y lo hizo el Ademar, que volvió a estirar a tres la renta (25-22). Pero una exclusión evitó el despegue que intentaba, pues primero un balón perdido jugando sin portero lo aprovechaba Anaitasuna para marcar a portería vacía y luego Nadoveza volvía a reducir la diferencia a la mínima expresión (25-24) con cinco minutos por jugarse.

La emoción era máxima. El Palacio, muy frío hasta entonces, apretaba. Y Carou, en su primera aparición en ataque, aprovechaba un pase de David para marcar; siendo respondido no obstante rápido por Nadoveza para colocar el 26-25. El desenlace con él, está contado. Apareció el banquillo y decidió el triunfo. El margen con el Naturhouse sigue en cuatro puntos. El Palacio sigue siendo territorio vedado para sus visitantes.
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