2.500 razones para encumbrar a la leyenda

Pocas cosas tienen ya en común aquel chaval que con 19 años debutaba con gol en partido oficial con el primer equipo del Ademar en la temporada 1996/1997 y el que este sábado, con 39, celebraba algo que nadie ha conseguido y amenaza con que nadie lo vuelva hacer: anotar 2.500 goles en la liga Asobal.

Aquel extremo con cara de niño que batía por alto al gigante Alexandru Bulligan en Pamplona en su primer tanto, hacía este sábado desde otra de sus especialidades, los siete metros, un tanto que levantó inmediatamente al público del Palacio de sus asientos en un partido más bien frío.

Absolutamente nadie se preguntó qué era lo que estaba ocurriendo para una celebración a todas luces desproporcionada para un 16-11 en la primera parte de partido. Todo el público, incluyendo aquellos socios de otros equipos de la ciudad que recibieron una invitación para presenciar el encuentro, sabía que estaban presenciando historia del balonmano.

También lo sabía el club, que rindió un homenaje más que merecido al que a buen seguro es uno de sus principales activos históricos. La historia de Juanín y la del Ademar no se entienden la una sin la otra.

Motivo más que suficiente para que con la complicidad del equipo arbitral y el del Benidorm, el partido se parase y el concejal de Deportes del Ayuntamiento de León y el presidente del Abanca Ademar Cayetano Franco entregasen una camiseta del equipo con el lema ‘2.500 goles en liga’ junto a un pequeño recuerdo ante un Palacio completamente puesto en pie ovacionándolo.

Tan genio en los seis metros como poco amante de reconocimientos y homenajes, Juanín quiso quitarse todo tipo de protagonismo de encima en un partido en el que finalmente situó su marca en los 2.501 tantos. Lejos quedan los 1.912 de Demetrio Lozano, los 1.834 de Mateo Garralda o los 1.704 de Velamir Rajic, todos ellos retirados. Ahora solo queda saber donde situará el listón Juanín. Cuerda tiene para rato.