Y la casa por barrer

06 de Diciembre de 2020
A últimos de noviembre se cumplía el primer ‘aniversario’ de la renuncia del que fuera secretario general del PP en León y sus particulares circunstancias. ¡Cómo pasa el tiempo! Desbocado. Después de doce meses la historia amarillea. Ni tiene recorrido, ni admite conclusiones. Agua pasada.

Ahora bien, allá por la segunda quincena de julio, ocho meses después de la circulada y polémica dimisión, se hacía carne viva en la capital leonesa el homónimo regional de la organización, el incombustible y ceremonioso Francisco Vázquez, con el fin de templar gaitas, repartir autocomplacencias y empuñar la batuta para señalar que en la primavera de 2021 –después del congreso autonómico– tendría lugar la convención provincial del partido, algo muy esperado por unos e igual de incómodo y temido por otros.

La guinda del vaticinio fue cuando Vázquez remarcó que él había sido presidente provincial del PP (de Segovia) durante diecisiete años, «y el secretario –afirmaba– tiene que ser de la confianza del presidente». David Fernández, hombre afín a Silván –que lo había propuesto para el cargo casi a la ‘desesperada’ y aunque fuera de manera interina– no debía cubrir gastos en ese sentido. No contaba en el encaje de Mañueco ni en el del asintomático Juan Martínez Majo y la cosa, en cuestión de horas, quedó en nada. Por cierto, el calificativo está plagiado de un conocido y reconocido periodista local.

Pues bien, el mandamás (?) de los populares leoneses, el que compagina tan alta responsabilidad –es un decir, naturalmente– con la nunciatura de la Junta de Valladolid en la provincia leonesa, se vino arriba y remachó con total docilidad: «Lo ha respondido Paco, estamos a otra cosa y estamos en una reunión interna. Cuando sea el momento lo hablaremos; mientras, a trabajar». ¿A qué dijo, a trabajar? ¿Seguro? ¡Lo que hay que oír!

Diferente es lo que él entienda por enfrascarse sobre la mesa de su despacho en el Paseo de Salamanca. Quizá lo identifique como alguien que se transmuta en un cazador a la espera, mientras contempla la caída de la hoja del árbol más próximo. No hay secretario, no hay gerente, no hay… ¿Qué coños hay en el PP de León?En los corros de lucha leonesa se dice ¿hay quien luche? La pregunta sirve para los populares.

Pasado enero aparecerán los afiladores. Hay que tener las armas (blancas) preparadas. Y a ver quién las maneja mejor, quién se hace el amo del cotarro. Génova, en la persona de Egea, también querrá cortar el bacalao. Es lo suyo. Mientras tanto, a ‘trabajar’, que dice el inquilino del edificio múltiple de Peregrinos. ¿A qué, oiga? ¡Ah, a trabajar! Que se lo pregunten a los sufridos afiliados, que ya les llamarán en sumomento para ensobrar papeletas.