02 de Febrero de 2020
La palabra coronavirus ha sido una de las más utilizadas a lo largo de esta última semana de enero. Esa y ‘Estefanía’, pero ese es otro tema en el que ahora mismo no me quiero meter. Volviendo al tema sanitario, sinceramente pienso que se nos está yendo un poco de las manos por el siempre hecho de que se está creando una gigantesca alerta global sobre esta enfermedad y, en numerosas ocasiones, quienes más bulos difunden son quienes menos conocimientos médicos poseen.

Hace menos de una semana estuve con una amiga que estudia medicina y, hablando sobre nuestras carreras, me contó que tanto a ella como a muchos compañeros y profesores les cabrea que, desde los medios de comunicación, se publiquen numerosos artículos sobre medicina o farmacia que no tienen ninguna base científica o que son puros bulos y que pueden inducir a problemas de salud a los ciudadanos. Sinceramente, no puedo estar más de acuerdo con ella. Es lógico que quienes nos dedicamos o queremos dedicarnos a la información y comunicación no podemos saber de todo (ni nosotros ni nadie), pero por eso es tan importante escuchar a los verdaderos profesionales y más aún en un tema como la sanidad. Si no sabes, no inventes. No es tan difícil, ¿verdad?

Hace unos meses, en una asignatura cuyo trabajo final se basaba en desmentir bulos, mis amigas y yo decidimos centrarnos en los bulos relacionados con la sexualidad: menstruación, masturbación, contagio de ETS, preservativos y muchos más. Queda mal que yo lo diga, pero nos quedó un ‘trabajazo’ y nos propusieron presentar tanto el trabajo como un proyecto de empresa para desmentir bulos sanitarios a una plataforma de emprendimiento de la Universidad. No vamos a negar que, en un principio, no nos lo pensamos ni un minuto, pero con el paso de los meses nos hemos dado cuenta de que no tenemos conocimientos médicos ni podemos estar constantemente contactando con profesionales para ese proyecto. Si nosotras hemos decidido darle una vuelta al proyecto, a los medios de comunicación que se dirigen a una gran audiencia tampoco debería costarles. Si queremos ser virales, que no sea por alarmar extremadamente sobre un virus.