Resulta difícil estos días ver el futuro con optimismo. Todavía caliente el carnaval del primero de octubre; con el estómago aún ardiendo del empacho de mentiras, sobreactuaciones, inconsciencia y oportunismo que compuso el menú de esa «fiesta» en la que tampoco faltaron los chupitos de proyecciones, representaciones y perversión de la palabra democracia; no hemos olvidado que los problemas de futuro para la clase trabajadora no se limitan a las aspiraciones nacionalistas, sean de la nación que sean, sino que otros ya esperaban en la cocina a ser guisados o emplatados para disgusto de nuestros paladares y también de nuestra salud.
Así ocurre con el cocido que alguien decidió montar con el condumio que, cuando lleguemos a esa edad en la que nuestras facultades físicas nos impedirían sobrevivir dependiendo solo de nuestro trabajo, debería saciar nuestras hambres, no de banderas y patrias, sino de auténticos alimentos. Los garbanzos parecen ya tan duros y escasos que difícilmente darán para todos y todas. Y esa despensa llamada Fondo de Reserva de las Pensiones se muestra vacía de carnes, pues han sido consumidas en otras fiestas, en otros convites, en primaverales y alegres banquetes tan alejados e inconscientes de la crudeza del invierno.
Por ello estamos ahora en CCOO y UGT activando una movilización por todo el país, marchando hacia Madrid, ayer pasando por La Robla y hoy por León, para recordar a todos y todas que de no incrementar los salarios, de no mejorar los ingresos por cotizaciones sociales, de no actuar sobre la precariedad laboral y de seguir saqueando el Fondo que en su día fue diseñado para atender el máximo generacional de pensionistas, en unos años, no tantos, nuestras pensiones apenas llegarán a la mitad del último salario percibido el día que nos jubilemos, y eso que entonces, nuestro salario será de miseria.
Cuando lleguemos a Madrid, señalaremos a ese gobierno del que ahora se ha puesto de moda decir que no hace política, que se esconde detrás de jueces y policías. ¿Que no hace política? ¡A otro con ese turrón duro! ¡Vaya que si hace política! ¡Pero no en favor de la clase trabajadora!
Así ocurre con el cocido que alguien decidió montar con el condumio que, cuando lleguemos a esa edad en la que nuestras facultades físicas nos impedirían sobrevivir dependiendo solo de nuestro trabajo, debería saciar nuestras hambres, no de banderas y patrias, sino de auténticos alimentos. Los garbanzos parecen ya tan duros y escasos que difícilmente darán para todos y todas. Y esa despensa llamada Fondo de Reserva de las Pensiones se muestra vacía de carnes, pues han sido consumidas en otras fiestas, en otros convites, en primaverales y alegres banquetes tan alejados e inconscientes de la crudeza del invierno.
Por ello estamos ahora en CCOO y UGT activando una movilización por todo el país, marchando hacia Madrid, ayer pasando por La Robla y hoy por León, para recordar a todos y todas que de no incrementar los salarios, de no mejorar los ingresos por cotizaciones sociales, de no actuar sobre la precariedad laboral y de seguir saqueando el Fondo que en su día fue diseñado para atender el máximo generacional de pensionistas, en unos años, no tantos, nuestras pensiones apenas llegarán a la mitad del último salario percibido el día que nos jubilemos, y eso que entonces, nuestro salario será de miseria.
Cuando lleguemos a Madrid, señalaremos a ese gobierno del que ahora se ha puesto de moda decir que no hace política, que se esconde detrás de jueces y policías. ¿Que no hace política? ¡A otro con ese turrón duro! ¡Vaya que si hace política! ¡Pero no en favor de la clase trabajadora!