Y los dichosos titulares nos dejan una semana más ojipláticos, porque hemos pasado de nieva en enero a hace frío en febrero. La verdad es que tenemos desgastado el rótulo de ‘última hora’ y hay quienes no salen de su asombro ante la crueldad del termómetro.
Es el caso de algunos concejales y concejalas con sillón en la cuna de la democracia que durante estos cuatro últimos años han confundido hacer oposición al equipo de gobierno con opositar a meteorólogos, aunque bien es cierto que cuando realmente se quedaron helados fue al enterarse de la identidad de la que ya es su nueva lideresa.
Pero bien sabido es que siempre hace más frío fuera de la política que dentro y por eso ahora aplican la doctrina del mal estudiante que lo deja todo para el último día y pretende lograr el aprobado solo con el arreón de la noche previa al examen.
Y si no sale bien, siempre podrán decir que la nueva profesora les tiene manía pese a ser ella la que en realidad más clases se ha pirado estos cuatro años con la excusa de la pandemia. «Los estudiantes, contra Torres», titulaba este periódico hace un tiempo cuando el Frente de Estudiantes denunciaba sus ausencias «injustificadas» como docente en la Universidad de León. Y lo peor es que, aunque ahora se plieguen en busca de sustento, la opinión de sus compañeros en el Ayuntamiento iba un poco en la misma línea a la hora de valorar su trabajo como concejala. Pero bien es sabido también que aquí la culpa siempre es de otro y los malos resultados que les dan las encuestas son producto de una confabulación para que este su periódico se transforme en cocina por unos días y haga que los leoneses les suspendan tantoal fiscalizar la gestión del alcalde como al proponer alternativas a los problemas de la ciudad.
Y para más inri, los más cabreados son los que deberían haber liderado la candidatura pero metieron la cabeza debajo del ala por miedo a un nuevo suspenso – esta vez en las urnas y no en las encuestas– y avalaron por silencio administrativo a alguien que se está empollando ahora las notas de prensa que sus compañeros enviaron en cuatro años.
Es el caso de algunos concejales y concejalas con sillón en la cuna de la democracia que durante estos cuatro últimos años han confundido hacer oposición al equipo de gobierno con opositar a meteorólogos, aunque bien es cierto que cuando realmente se quedaron helados fue al enterarse de la identidad de la que ya es su nueva lideresa.
Pero bien sabido es que siempre hace más frío fuera de la política que dentro y por eso ahora aplican la doctrina del mal estudiante que lo deja todo para el último día y pretende lograr el aprobado solo con el arreón de la noche previa al examen.
Y si no sale bien, siempre podrán decir que la nueva profesora les tiene manía pese a ser ella la que en realidad más clases se ha pirado estos cuatro años con la excusa de la pandemia. «Los estudiantes, contra Torres», titulaba este periódico hace un tiempo cuando el Frente de Estudiantes denunciaba sus ausencias «injustificadas» como docente en la Universidad de León. Y lo peor es que, aunque ahora se plieguen en busca de sustento, la opinión de sus compañeros en el Ayuntamiento iba un poco en la misma línea a la hora de valorar su trabajo como concejala. Pero bien es sabido también que aquí la culpa siempre es de otro y los malos resultados que les dan las encuestas son producto de una confabulación para que este su periódico se transforme en cocina por unos días y haga que los leoneses les suspendan tantoal fiscalizar la gestión del alcalde como al proponer alternativas a los problemas de la ciudad.
Y para más inri, los más cabreados son los que deberían haber liderado la candidatura pero metieron la cabeza debajo del ala por miedo a un nuevo suspenso – esta vez en las urnas y no en las encuestas– y avalaron por silencio administrativo a alguien que se está empollando ahora las notas de prensa que sus compañeros enviaron en cuatro años.