Periodista de bufanda

25 de Mayo de 2018
Creo que la primera vez que oí hablar de la Cultural fue cuando mi padre me dijo que si me apetecía jugar en ella. Que con 7 años te ofrezcan ser parte de un equipo, sea el que sea, supone una sensación similar a la que debe sentir Cristiano cuando se sienta con Florentino a renovar su contrato. Luego me enteré de que realmente era para completar un equipo que no tenía fichas suficientes y tras unos pocos años, darme cuenta de que mi carrera en el mundo del fútbol iba a ser muy limitada. Sin embargo, el daño ya estaba hecho y de manera irracional me enganché a ir primero a La Puentecilla, después a pasar frío a Puente Castro y por último al ahora Reino de León. No recuerdo en qué parte exacta de toda esa peregrinación entre estadios y permanente frío y decepción me entró la vena del periodismo, pero lo que sí tengo claro es que no se puede renunciar a lo que eres. No es que estemos demasiado bien vistos los que nos dedicamos a esto y mucho menos los que hablamos de deporte y si algún culpable hay de eso son a esos que llaman ‘periodistas de bufanda’ y a los que yo prefiero llamar ‘ultras con voz’. Porque me van a permitir ustedes que sea del equipo que sea o vote al partido que vote eso no me influya para informar estando cualquiera de ellos implicados. Porque ser periodista no implica la automática desaparición obligatoria de filias y fobias, simplemente la obligación de ser honesto con uno mismo y con quien te lee. Así que sí, con orgullo soy un periodista de bufanda.